La fiebre de los hogares por las Letras del Tesoro comienza a decaer. La forma de rentabilizar el ahorro con un instrumento alternativo al de los depósitos bancarios empieza a perder interés al ritmo que su rentabilidad se aleja de los niveles que llegó a alcanzar en 2023 y todo apunta a un cambio de ciclo marcado por la bajadas de los tipos de interés. La vuelta de las vacaciones navideñas coincide con las primeras subastas de 2025. Este martes 7 de enero, el Tesoro espera colocar entre 5.500 y 6.500 millones de euros con una emisión de letras a 6 y 12 meses. Hará lo propio el día 14 con letras a 3 y 9 meses.
La deuda a corto plazo del Estado alcanzó en octubre de 2023 rentabilidades que rozaban el 4% mientras los depósitos a plazo estaban ofreciendo un interés del 2,3%. Las largas colas a las puertas del Banco de España fueron signo de aquella fiebre. Pero pasado el tiempo, el ciclo ha cambiado por completo tras las cuatro bajadas de los tipos de interés aplicadas en 2024 por el Banco Central Europeo (BCE). Todo apunta que la senda bajista del organismo que preside Christine Lagarde continuará en 2025.
La última subasta de Letras de 2024 cerró con una caída de la rentabilidad. La de la deuda a 12 meses está en un 2,20%, frente al 3,20% que presentaba hace justo doce meses. Las letras a 3 y 9 meses tuvieron una rentabilidad del 2,58% y del 2,38%, respectivamente. Esto marca mínimos desde febrero de 2024 en el primer caso y de diciembre de 2022, en el segundo.
Eso sí, a lo largo del 2024, los inversores minoristas mantuvieron el interés hasta elevar sus tenencias por encima de los 27.071 millones de euros a cierre de septiembre, representando más de 36% del total en circulación.
Los datos del Banco de España correspondientes al mes de octubre consultados por El Independiente reflejan, sin embargo, una caída del 1,8%, hasta los 26.574 millones. Una pérdida de casi 500 millones de euros en un mes tras haber retrocedido ya otro 1,4% entre agosto y septiembre. Queda por ver el comportamiento de los inversores minoristas en las emisiones de final de 2024, donde pudo haber un ligero repunte del interés.
Las letras del Tesoro son valores emitidos al descuento o a premio, por lo que su precio de adquisición puede ser inferior o superior al importe que el inversor recibirá en el momento del reembolso. «La diferencia entre el valor de reembolso de la Letra (1.000 euros) y su precio de adquisición será la rentabilidad generada por la Letra del Tesoro», explica el propio organismo.
El futuro de las Letras en el corto plazo estará determinado por la política monetaria, que podrá hacer que los inversores más conservadores emigren de nuevo hacia otros instrumentos como los depósitos de las entidades financieras o un tipo de deuda a más largo plazo.