Cada vez se anuncia antes la Navidad y parece que apenas llega, se va, y en este momento en que escribo esperamos ansiosos la llegada de los Reyes Magos, que nunca faltan a su cita y vienen cargados de ilusiones, deseos, esperanzas a cambio de una condición que no es otra que pararse, reflexionar y escribirles unas letras, por aquello de que lo que se escribe obliga más. Durante estos días navideños deseo que haya habido más motivos para la alegría que para la pena, aunque de todos es sabido que la maquinaria del vivir no se detiene, y consigo lleva de todo. Basta leer los titulares de prensa o las noticias de los telediarios que cada vez ponen a uno más nervioso y descorazonado. Decía Clarín que el buen periodismo no debe generar nervioso, aquí parece que haya algunos medios que buscan tensionar, enfrentar, dividir, y eso que en el año 2024 se han perdido ya casi 450.000 espectadores. No les importa. Lo que manda es el momento presente.

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