El vídeo de las grabación de la declaración del exministro de Transportes José Luis Ábalos ha destapado la tensión que se vivió el pasado 12 de diciembre en el Tribunal Supremo durante el interrogatorio que realizó el fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón, que en un momento mostró su descontento con la actitud del ahora diputado del Grupo Mixto en el Congreso: «No ridiculice mis preguntas«, lamentó el representante del ministerio público.
Fue al filo de la hora y media de la comparecencia cuando el magistrado Leopoldo Puente, que instruye la causa contra Ábalos, cedió el turno a Luzón. Y este, tras alabar el «exhaustivo y detallado interrogatorio formulado» por el instructor, anunció que para evitar reiteraciones no haría «una buena parte de las preguntas que pretendía formularle«. Y pese a ello, las preguntas de Luzón se extendieron más de una hora, y estas incomodaron al exministro de Justicia, que en todo momento trató de justificar su actuación en la contratación de las mascarillas, al mismo tiempo que descargó en su exasesor Koldo García, cualquier responsabilidad sobre las presuntas ayudas a su expareja Jésica Rodríguez, o por el chalé que alquiló en Cádiz.
En concreto, el punto álgido de la disputa se produjo cuando Luzón se interesó sobre si no debía haber controlado el destino de «2.861.000 mascarillas que suponían un gasto de 7 millones de euros de los que no se tiene constancia documental…». Y en este punto, Ábalos interrumpió al fiscal: «¿Pero usted cree que yo tengo que controlar las dependencias del Ministerio también? Eso es responsabilidad del oficial mayor, que tiene bastantes funcionarios para eso, ¿cree usted, como se insinúa, que yo tenía que hacer el reparto con la furgoneta y pedir los albaranes el ministro?, espetó el diputado, que después resaltó «que se ha llegado a ese nivel de caricatura«.
«No ridiculice mis preguntas»
«No, no ridiculice mis preguntas», lamentó entonces Luzón, mientras Ábalos insistía: «Es que me dice si yo llevaba el control del almacén«. Pero esta disputa alertó al juez Puente, que se dirigió al exministro para advertirle de que tenía que responder «a las preguntas que le formula el representante del Ministerio Fiscal, no formularle usted preguntas a él. Es tan sencillo como esto si, el procedimiento es muy simple, donde usted conozca la respuesta, pues la expresa, donde no conozca la respuesta, pues no la expresa, y usted acaba de explicar que no era de su competencia».
En otro pasaje, Luzón volvió a enfrentarse a Ábalos, quien poco antes había asegurado que los investigadores intentan ‘exagerar’ las sospechas sobre su actividad privada, en concreto una consulta jurídica, «una tontería» sobre una finca personal que había realizado a la secretaria del comisionista Víctor de Aldama: «La consulta que me ha hecho usted me hacer mucha gracia, porque tiene que ver […], que era si en una finca de mi propiedad funcionaba una usucapio [un mecanismo legal que permite adquirir el derecho de propiedad]. Pero que todo eso tenga que recogerse [en la investigación] es lo que da la medida de que intenta sobredimensionar. En el que el día a día uno no le da importancia, pero lo que también es verdad es que jamás uno piensa que se va a encontrar frente a la Administración de Justicia por esas cosas, no me lo podría imaginar», dijo el exministro.
Sin embargo, el fiscal jefe de Anticorrupción respondió que no estaba encausado «por estas cosas, le estoy preguntando por ellas en la medida en que permitan acreditar la relación que tenía usted con el señor Aldama con anterioridad a la contratación de Soluciones de Gestión para la adjudicación para el suministro de determinadas mascarillas», dijo Luzón, que después lamentó que Ábalos tratara de «ridiculizar todos estos extremos que se recogen en el informe de la UCO» de la Guardia Civil.
Jésica Rodríguez
También se produjo otras disputa cuando Luzón interpeló a Ábalos en relación a su expareja Jésica Rodríguez sobre los dos empleos que esta consiguió en empresas vinculadas con el Ministerio de Transportes, pero también con el piso que José Alberto Escolano, uno de los socios de Víctor de Áldama, le pagó en un edificio de lujo, la Torre de Madrid, en la madrileña Plaza de España. «¿Usted no sabía cómo pagaba Jésica el piso? ¿No tenía ni idea?», dijo el fiscal, al que respondió el exministro: «No, porque Koldo se hacía cargo, y siempre que pregunté me decía que eso es cosa mía», «¿Y por qué Koldo pagaba eso?», preguntó de nuevo Luzón a Ábalos, que dijo que su asistente y su expareja tenían «una relación de amistad».
«¿De amistad? Es que no lo entiendo, ¿usted que tenía la relación sentimental, según ha dicho usted, no sabe cómo su novia, su compañera, su pareja en ese momento paga el piso, un piso que eligió ella, y en cambio me dice que le parece natural que un simple amigo de Jessica o conocido lo pague?», destacó el jefe de Anticorrupción. Sin embargo, el instructor, Leopoldo Puente, volvió a interrumpir la declaración para pedir a ambos que evitaran «en la medida de lo posible incidir en cuestiones, que ya han sido formuladas y sobre todo que no se entre en debate, las respuestas podrán ser más o menos convincentes, pero no debatamos preguntas y respuestas porque esto nos llevaría a situaciones insolubles».
En otro momento, al ser preguntado por el motivo por el cual la pareja de Ábalos le había informado de que había finalizado su contrato con la empresa pública Ineco, este contestó al fiscal que en ese momento había tenido un problema personal, por lo que no estaba «para esas cosas». Y fue entonces cuando Luzón respondió que no se trataba de como estaba él, «sino de cómo estaba Jésica Rodríguez, ¿por qué se dirige a usted si no había tenido nada que ver con esa contratación?», a lo que Ábalos respondió que era «humano y comprensible que se dirija a alguien que cree que le puede ayudar».
Mascarillas y las comisiones
También se elevó la tensión cuando el representante del Ministerio Fiscal le pidió al ahora diputado del Grupo Mixto que le informara de las necesidades que justificaran la decisión de hacer una segunda compra de material sanitario, en concreto de «5 millones más de mascarillas, solo seis días después de la primera orden, en la que ya se ha duplicado la previsión inicial de 4 millones de mascarillas; ¿lo de comprar 5 millones de mascarillas más con base a que se hizo? ¿Usted firma la orden? ¿Con qué estudio, con qué necesidad, qué base?», reiteró Luzón, que en esa ocasión fue interrumpido por el magistrado Puente, que dijo: «La pregunta está ya respondida, otra cosa es que resulte más o menos convincente la respuesta, pero respuesta ya está formulada: no existía ningún estudio concreto de las necesidades, sino que había la sensación genérica de que se necesitaban más».
Y otro choque entre Luzón y Ábalos tuvo lugar cuando el fiscal, tras preguntar sobre las obras de la Dirección General de Carreteras, que según Aldama originaron algunas de las mordidas que aseguró haber pagado a Koldo García y al propio Ábalos, advirtió: «No voy a entrar en discusión con usted sobre lo que suponen lo modificados y la viabilidad de estos modificados para la percepción de comisiones«.