El Barça ha caído por 90-91 en un derbi lleno de alternativas ante un Joventut que acaricia la Copa del Rey y obliga a los azulgranas a ganar el martes en Girona si no quieren alejarse más de la Final a Ocho copera. La clave es que el control fue siempre visitante, con un mejor juego coral frente a los fogonazos primero de Metu, después de Parra y al final de Punter y de Satoransky.

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