El mundo asiste a una nueva carrera espacial, ahora entre China y Estados Unidos, que se va acelerar con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca a partir del 20 de enero, donde va a estar acompañado de Elon Musk, cuyo sueño es que «la humanidad sea multiplanetaria». Pero más allá de las pretensiones científicas y tecnológicas, el equilibrio del poder en la tierra se juega en el espacio y las misiones a la Luna para establecer allí una base permanente están en el centro de esta batalla entre los dos gigantes. También la exploración de Marte. A través del programa Artemis, Estados Unidos planea a enviar de nuevo en 2027 astronautas a la Luna. China, por su parte, ha avanzado mucho en los últimos años, logrando hitos como el primer aterrizaje en la cara oculta de la Luna, planea enviar astronautas en 2030 y establecer una estación lunar internacional junto con Rusia. «En efecto, estamos en una carrera», advirtió en abril del año pasado Bill Nelson, administrador de la NASA.

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