Quedamos un lunes por la mañana y llega con la bolsa del gimnasio. Necesita estar al cien por cien para hacer frente a una carrera que se ha disparado a lo más alto a base de esfuerzo, por un lado, e instinto para elegir proyectos que no le encasillen, por otro. A sus 29 años recién cumplidos es un currante del espectáculo con los pies en el suelo y ganas de explorar nuevas facetas.
¿Cómo le ha ido 2024?
Laboralmente ha sido el mejor año combinando teatro comprometido y cine de autor. He rodado cinco películas en catalán, castellano y en inglés y he hecho dos temporadas teatrales con ‘Jauría’, en Cataluña y en Madrid. Me apetecía mucho volver al teatro, lo echaba de menos, y ahora estoy ensayando otra obra, ‘L’ herència’. Todos han sido proyectos que he escogido yo.
Hace poco también le vimos con un espectáculo unipersonal de lecturas del filósofo y poeta Thoreau. ¿Se repetirá?
Esa es la idea pero hasta julio no tengo fechas. Estudié Literatura y hacer estas lecturas era un sueño que ha llevado más trabajo del que pensaba.
No para. ¡Menudo ritmo lleva!
Cuando eres más chavalín hay cosas que puedes escoger y otras que no tanto. Ahora ya estoy pilotando mi carrera y acercándome al tipo de proyectos que quiero hacer. Es algo que me hace sentir muy orgulloso pero no he tenido un solo día de vacaciones. Estoy muy cansado. ¡La trampa de la vocación tiene esto! Este verano quería tomar un descanso pero me ofrecieron rodar en Grecia con Willem Dafoe.
¿Qué me puede contar de este filme de Miguel Ángel Jiménez?
‘The birthday party’ se basa en una novela de un autor griego que narra la fiesta que monta un multimillonario en los años 70. Yo soy uno de los invitados. Hasta aquí puedo leer.
Lo primero que se ha visto de sus últimos rodajes es ‘¿Es el enemigo?’.
Es el filme antibelicista sobre Gila y la Guerra Civil, la primera de las cinco películas que rodé en 2024. Luego hice con Maria Ripoll el filme basado en la novela de Milena Busquets ‘También esto pasará’, con Marina Salas. Y después hice un cameo en un filme que no puedo desvelar. Después de rodar en Grecia, me metí en ‘Cowgirl’ , una película de autor protagonizada por Isabel Rocatti.
Este 2025 también comienza bien: está nominado a los Gaudí por ‘El 47’, líder en candidaturas tanto en Premios de la Academia Catalana como en los Premios Goya de la Academia del Cine Español. Y en febrero estrena en el Lliure ‘L’ herència’, premiada obra de Matthew López centrada en la comunidad gay del XXI que dura seis horas, todo un reto.
Ya conocía la obra y casualmente el personaje que quería hacer, Toby, es el que me ofreció Josep Maria Mestres, el director. Toby tiene un viaje tremendo durante las seis horas de esta función que es como una epopeya. Parece una serie por su duración y evolución. Erik, el personaje que interpreta Albert Salazar, y Toby son los protagonistas. En el primer acto, cuando se celebra el 33 aniversario de Erik somos pareja y pasan muchas cosas hasta llegar al final, coincidiendo con su 40 cumpleaños.
Con ella debuta en el Lliure.
¡Y me hace mucha ilusión! Es un teatro es maravilloso. El teatro es donde más aprendo. En el audiovisual aplico las enseñanzas del teatro, donde te pasas muchas horas ensayando y estás todo el rato en ‘on’, no solo cuando te enfocan. En las tablas has de sacarte las castañas del fuego y puedes profundizar mucho. Pero es muy sacrificado. Física y mentalmente el teatro es agotador. Diría que más que un rodaje. Aunque en el cine pasas frío, calor, hay desplazamientos y trabajas 12 horas al día, también tienes muchas pausas y hay jornadas donde no ruedas. Por eso, si hago teatro quiero que sea una experiencia transformadora y que el proyecto sea interesante por lo que cuenta y por cómo lo hace. En el caso de ‘Jauría’ es evidente y en ‘Lherència’, también porque es una aventura, como subir a una montaña. ¡No hay muchas obras de seis horas!
Le han dado muchos personajes gays. ¿Teme que le encasillen?
En este país, cuando algo va bien te dan lo mismo una y otra vez. Todos conocemos a actores que siempre hacen de policía o de malo o de héroe. A mí me han ofrecido el mismo personaje gay muchas veces y los he rechazado. Pero ahora llevaba tres años sin hacer uno, desde la serie ‘Smiley’, porque he podido elegir entre otro tipo de propuestas que me interesaban más. Depende del actor rechazar según qué papeles para evitar que le encasillen. Yo no quiero acomodarme a una nota sino tocar muchas teclas y estilos. No quiero encasillarme sino explorar.
«No quiero acomodarme a una nota sino tocar muchas teclas y estilos. No quiero encasillarme sino explorar.»
¿Tiene algún objetivo de cara a los 30?
En la treintena empezaré a dirigir o a producir. Ya estoy con reuniones e ideas porque como actor cuentas las ideas de otros y yo, que tengo una mirada crítica, quiero dar mi punto de vista, ya sea dirigiendo, produciendo o escribiendo.
¿Cómo elige los proyectos?
En los últimos años solo formo parte de cosas que me apetecen, las que yo vería como espectador. Cuando leo un guion me pregunto: ¿Pagaría por ver esto? ¿Lo recomendaría a la gente que quiero? ¿Le diría a la gente que admiro que viniera a verme? Y aspiro tanto a liderar proyectos como en ‘L’herència’, donde tengo un rol protagonista, como a participar como secundario, como en ‘El 47’.
¿Qué es lo que más le interesó de ese filme?
Contar una historia que dignificaba el movimiento migratorio de los años 70 de gente que llegaba a Barcelona desde otros lugares de España. Es un espejo de lo que ocurre hoy con gente venida de otros países, de otras etnias y religiones. ‘El 47’ dignifica la idea de la acogida y de la convivencia, una palabra que prefiero a integración. Además, es una historia obrera que dignifica el movimiento sindical y la lucha vecinal en la periferia de Barcelona. Yo también vengo de allí, de Montcada i Reixach, y me tocaba en lo personal.
Y su rol es el de un joven Pasqual Maragall, antes de ser alcalde de la ciudad.
Estoy superorgulloso de haber formado parte de ‘El 47’. Cuando me ofrecieron el papel rechacé ser protagonista en otro proyecto para hacer este secundario porque me interesaba lo que contaba esta película, los actores con los que iba a trabajar y el director, Marcel Barrena. Mis dos actores catalanes favoritos son Eduard Fernández y Clara Segura. Los considero mis padrinos. En los próximos años quiero formar parte de más proyectos que me hagan sentir orgulloso ya sea por lo que cuentan, por su contenido político, por su atrevimiento estético o por el reto artístico que supone.
¿Como lleva la fama?
Con deportividad. A veces, dependiendo de cómo se acercan marco unos límites. El 90% de la gente es maravillosa pero hay un 10% que te entra de forma invasiva, maleducada incluso. Intento ser superelegante siempre, pero hay que respetar mi espacio. En el AVE me han llegado a despertar para pedirme una foto. He tenido que decir que me dejaran descansar y que ya la haríamos al llegar. Y este es el ejemplo más ‘soft’ que recuerdo.
Suscríbete para seguir leyendo