El presidente austríaco, Alexander van der Bellen, ha abierto la puerta a un Ejecutivo liderado por el partido ultraderechista y prorruso FPÖ, con cuyo líder Herbert Kickl se reunirá este lunes en busca de una solución que permita «un Gobierno estable».
Las voces de rechazo entre los conservadores del ÖVP a entrar en un gobierno con el FPÖ «han disminuido sensiblemente», explicó el presidente en una breve comparecencia ante los medios. «La democracia consiste en buscar soluciones y compromisos», añadió van der Bellern, originario de los Verdes, aunque formalmente independiente.
La declaración del jefe del Estado, cuyas competencias incluyen el encargo de la formación de un Gobierno, sigue al anuncio de dimisión del sábado del canciller en funciones y líder de los populares austríacos, Karl Nehammer. Su decisión se produjo tras fracasar las negociaciones para un Gobierno de coalición entre su partido conservador, los socialdemócratas y los liberales del partido Neos, que habría dejado fuera del poder a la ultraderecha de Kickl.
La jefatura interina del ÖVP ha sido asumida por su secretario general, Christian Stocker. La semana próxima se espera que se designe a un canciller en funciones que sustituya hasta la elección del siguiente jefe de gobierno a Nehammer, quien accedió al cargo 2021.
El FPÖ fue el partido más votado en las elecciones generales del pasado 29 de septiembre al obtener cerca del 29 % de los votos. El resto del espectro parlamentario austríaco, incluido Nehammer, descartó en campaña toda cooperación con este partido, representante de la ultraderecha europea más arraigada. Bajo el liderazgo de Kickl, ha sumado a su discurso xenófobo una línea claramente prorrusa y contraria a la ayuda a Ucrania, lo que le hermana al primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Vista la falta previsible de aliados, el presidente van del Bellen encargó la formación de gobierno a Nehammer, cuyo partido había quedado en segunda posición tres puntos por debajo. El aún canciller entabló así negociaciones con los socialdemócratas y los liberales con el objetivo de lograr una mayoría parlamentaria sólida.
El FPÖ tiene anteriores experiencias como socio menor de gobiernos federales, la última de las cuales bajo el conservador Sebastian Kurz en el puesto de canciller. De recibir formalmente el encargo y prosperar las negociaciones, previsiblemente con los populares, la ultraderecha podría acceder por primera vez a la cancillería federal austríaca. Por lo pronto, el líder interino de los populares Stocker ha declarado que, en caso de ser invitado a ello, no rehusará una negociación con el partido de Kickl.
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