El Athletic, uno de los equipos más grandes de toda la Copa del Rey, a punto estuvo de caer eliminado a las primeras de cambio. Le salvaron los penaltis ante un Segunda Federación como la UD Logroñés. Jugaron Nico e Iñaki Williams, Guruzeta, Vivian, Paredes… pero el cuadro vasco tuvo que ir hasta la tanda definitiva para sellar un billete que estuvo carísimo. Ocasiones tuvo el equipo de Valverde, pero estuvo especialmente desacertado. Tampoco ayudó el estado del terreno de juego. Un auténtico patatal.
Ninguno de los dos equipos, plagados de suplentes en sus alineaciones, supieron imponer su estilo y en eso salió más beneficiado el que solo quería aguantar y defender, un Logroñés que acompañó a la fiesta de grada con un ejercicio de resistencia del que solo se despertó por dos penaltis mal lanzados.
Presión y disparos desviados
El Logroñés aguantó el primer tiempo sin demasiados contratiempos, intentando aguantar el tipo ante un Athletic contemplativo en muchos momentos y contrariado por el mal estado del terreno de juego. Pese a que su entrenador había asegurado que este tipo de partidos le dan «pánico», sus jugadores no dieron la sensación de querer apretar desde el inicio, más bien controlar y poco a poco meter a los riojanos en su campo.
Pero se quedó ahí, solo en controlar, sin marcar un ritmo alto y en sus mejores oportunidades no estuvo preciso, con lo que los riojanos aguantaron muchos minutos en el partido, mucho más de lo que parecía marcado en el guión del partido. Todo hubiera cambiado pronto si Djaló no hubiera cruzado demasiado un buen disparo en el minuto 9 o si, poco antes, Berenguer no hubiese rematado demasiado flojo.
Una buena jugada de Adama por la izquierda, que no encontró rematador, y un disparo desviado de Ander Herrera fueron el resto del bagaje ofensivo del Athletic en la primera media hora. Justo entonces el Logroñés empezó a creer algo más y a tratar de aguantar el balón lejos de su área, pero sin arriesgar demasiado, para no cometer errores.
Así, la insulsa primera mitad llegó a su recta final con otro disparo desviado de Berenguer, el que más voluntad puso de su equipo.
Ni con los Williams
Ernesto Valverde les dio otros quince minutos de margen a los jugadores que puso de inicio pero en ese tiempo aparte de demostrar una superioridad técnica evidente, el Athletic hizo poco más; Nico Serrano, en el 49, y, de nuevo, Berenguer, en el 55 tuvieron las mejores ocasiones del equipo bilbaíno en ese periodo, ambas con disparos desviados por poco.
Pero tras una hora de juego tedioso en general Valverde decidió cambiar las cosas y darle más ritmo al partido. Metió en el campo a los hermanos Williams, a Vivian para ganar potencia en el centro de la defensa y a Jauregizar en busca de más «piernas» en el centro del campo. Así el Athletic ganó metros en su presión sobre un Logroñés cada vez más metido en su área pero se defendía con corrección en busca de la prórroga. Además, en poco tiempo los riojanos neutralizaron el intento de su rival de poner más ritmo al partido y volvió el sopor al césped de Las Gaunas.
Guruzeta tuvo ambición para tratar de romper el empate y disparó con decisión en dos ocasiones a la portería riojana, entre el minuto 69 y el 72, en ambos casos demasiado cruzados.
El Athletic, cada vez más contrariado, reclamó penalti por una mano en el área riojana -en una competición sin videoarbitraje- pero tampoco hizo mucho más por evitar una prórroga que premiaba a la afición riojana con más fútbol.
La prórroga fue una cuenta atrás para el Logroñés, que pasó sus primeros apuros cuando Nico Williams quiso «inventar» una jugada frente a su área, aunque solo consiguió un saque de esquina que Berenguer remató fuera por poco en el minuto 97.
Guruceta remató flojo en el 103 a las manos de Kike Royo y Nico Williams, en el 114, tuvo la ocasión más clara para marcar, pero el portero riojano tuvo una gran actuación para mantener el empate mientras la grada gritaba «Sí se puede».
El equipo riojano cumplió su objetivo y alcanzó la «lotería» de los penaltis, en la que Aguirrezabala se «agrandó» para Gualda y Sarriegui y sus errores dieron un importante margen al Athletic, en el que solo Nico Williams falló su lanzamiento y dio el pase a su equipo.
