Javier Milei recibió al venezolano Edmundo González Urrutia con los honores de un presidente electo. Juntos salieron al balcón de la sede del Ejecutivo argentino y agitaron sus manos, en señal de una inminente victoria política. Para el visitante se trató de uno de los encuentros más «emocionantes» de su vida. «Gracias Milei», lo saludaron centenares de migrantes de Venezuela desde la Plaza de Mayo. El exdiplomático, quien se atribuye la victoria en las elecciones del pasado 28 de julio, comenzó en Buenos Aires una gira regional que no se sabe dónde concluye, pero que tiene el claro mensaje de alinear a buena parte de América Latina en el rechazo a la asunción de Nicolás Maduro, el próximo 10 de enero. González Urrutia dijo que regresaría a Caracas ese día. El ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, advirtió que el excandidato de la oposición, por cuya cabeza la policía ofreció una recompensa de 100.000 dólares, sería inmediatamente detenido en caso de pisar territorio venezolano.
La decisión de comenzar su periplo por Buenos Aires obedece en parte a que Argentina encabeza desde julio pasado a los países que han impugnado la reelección de Maduro con mayor vehemencia. Las relaciones bilaterales están rotas y Brasil administra la embajada donde se encuentran asilados cinco opositores. La situación se ha agravado tras el arresto a principios de diciembre en la frontera colombo-venezolana del gendarme argentino Nahuel Gallo. El madurismo asegura que intentó participar de una trama conspirativa, pero no ha ofrecido ninguna prueba al respecto. La detención ha sido condenada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Medios de prensa estiman que González Urrutia no se expondrá a esa situación y realizaría una juramentación simbólica en otro país.
El «Gracias Milei» tuvo, por lo tanto, estos antecedentes y un cruce verbal entre las cancillerías de los dos países políticamente enfrentados que no registra antecedentes. Para Argentina, González Urrutia ha sido el «ganador indiscutido» y por eso el mandatario anfitrión se fundió en un abrazo que es solidario y que también tiene la mira puesta en los cambios que tendrán en Washington a partir del 20 de enero cuando Donald Trump retorne a la Casa Blanca. Argentina quiere ser el principal interlocutor en Estados Unidos. Supone que la cuestión venezolana será relevante para la nueva administración republicana.
Alcances de una gira
González Urrutia llegó a Buenos Aires procedente de Madrid. Además del encuentro con Milei tiene pensado conversar en Montevideo con el mandatario saliente de Uruguay, Luis Lacalle Pou quien se mantendrá en funciones hasta el 4 de marzo. Lacalle Pou ha respaldado sin ambigüedades a la oposición venezolana. Se espera que su sucesor, Yamadú Orsi, del centroizquierdista Frente Amplio, sintonice más con Brasil. Luiz Inacio Lula da Silva decidió que apenas su embajadora en Caracas, Gilvania Oliveira, participe de la toma de posesión de Maduro. Los vínculos bilaterales se han deteriorado a partir del desinterés de las autoridades venezolanas de presentar las actas que validen la victoria en las urnas del actual mandatario. Colombia sigue los pasos de Brasil. Su embajador Víctor Rengifo será testigo de una ceremonia de la que solo participarán los principales presidentes aliados de Maduro, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, los colegas de Cuba y Nicaragua, respectivamente.
González Urrutia viajará también a Panamá, Estados Unidos y, finalmente, República Dominicana. Todos los países visitados reúnen a casi un millón de migrantes venezolanos. Chile, Colombia, Perú, Brasil y Ecuador no formaban parte del periplo. Se señaló no obstante que podría realizar una breve escala en alguno de esos países. «¿Dónde termina la gira? «, se preguntó el portal ´Efecto Cocuyo`. Recordó a su vez que tanto el excandidato como la verdadera líder del espacio opositor, la derechista María Corina Machado, mantienen en silencio cuál será la jugada del 10 de enero. Milei fue no obstante informado de los posibles movimientos. Fuentes del Gobierno argentino citadas por el diario ´La Nación` consignaron que la oposición venezolana está «trabajando» en esa dirección. «Lo están guardando en una caja cerrada porque sus planes no pueden trascender. Se intuye que el objetivo es realmente asumir lo que el pueblo les dio. La manera, la forma, la metodología no la pregunté», dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
A seis días de los fastos programados, Venezuela tiende a militarizarse. Tanto el oficialismo como la oposición llamaron a sus seguidores a movilizarse y poner una vez más en escena las profundas diferencias que los separan y que extiendenn en el tiempo el conflicto interno que estalló con fuerza a partir de 2013.