En la noche del domingo se despejarán los interrogantes anuales de los Globos de Oro. Y ya se sabe que las películas bendecidas por estos premios otorgados por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood –que ha pasado por situaciones comprometidas en los últimos años por problemas de escasa diversidad y mala praxis, pero que sigue ahí, como barómetro de la producción internacional en cine y televisión–, quedan siempre muy bien situadas en la rampa de salida hacia los Oscar.
Este año hay una película que parece hegemónica: ‘Emilia Pérez’, coproducción franco-mexicana de Jacques Audiard sobre un narcotraficante trans. Salió muy bien del festival de Cannes, ha obtenido buen rédito de taquilla y de crítica y, en la categoría de comedia o musical, ha obtenido 10 nominaciones, una más que la estelar ‘Barbie’ del año anterior. Compite como mejor película en esta categoría de musical o comedia –aunque sea un musical dramático– pero también como mejor filme de habla no inglesa. Su protagonista española, Karla Sofía Gascón, parte también como favorita, aunque ahí está Demi Moore y su ‘body horror’ en ‘La sustancia’ como dura competidora.
Arquitectos, cantautores y cardenales
En las antípodas de esta película transgresora se sitúa otra de las revelaciones del año, ‘The brutalist’, la segunda con más nominaciones, siete, y un buen ejemplo de producción de planteamientos ‘indie’ aunque presupuesto A que se ha colado entre las grandes sin hacer ruido. Esta meditación sobre la América de posguerra y la arquitectura brutalista podría ser clara ganadora del Globo al mejor filme dramático si no fuera por la estratégica aparición de ‘A complete unknown’, el ‘biopic’ sobre los primeros años musicales de Bob Dylan protagonizado por Timothée Chalamet, y por el consenso del que goza ‘Cónclave’, un nuevo retrato de cónclave papal y fumata blanca con un Ralph Fiennes estelar.
Entre él y Chalamet, más el Daniel Craig ‘queer’ de Luca Guadagnino (y William S. Burroughs), va a estar casi seguro el premio al mejor actor en registro dramático. En la otra categoría salta la sorpresa, porque considerar a Hugh Grant como candidato en filme de comedia o musical por ‘Heretic’, cuando es el primer papel relevante del antiguo galán en los dominios de terror, tiene su qué.
Un duelo dramático
‘Emilia Pérez’, ‘The brutalist’ y ‘Cónclave’ son las mejor posicionadas en varias categorías, mientras que el resto de las películas optan de manera firme a una o dos candidaturas como mucho: ‘La sustancia’, ‘Anora’, ‘Rivales’, ‘Wicked’ o ‘A complete unknown’. De todos modos, los premios están para deparar buenas o malas sorpresas. El duelo más potente está en la categoría de mejor actriz dramática –la única donde ha entrado ‘La habitación de al lado’, de Pedro Almodóvar, con Tilda Swinton nominada–, ya que Kate Winslet y Angelina Jolie, por sus composiciones de la fotógrafa Lee Miller y la cantante de ópera María Callas, parten con ventaja sobre Swinton, Nicole Kidman, Fernanda Torres y Pamela Anderson (un premio que sería gratificante, porque está excelente en ‘The last show girl’ y por su posicionamiento ante la fama y el glamur fatuo), habida cuenta de las preferencias por premiar interpretaciones de personajes reales de vidas conflictivas.
En el apartado televisivo, el asunto parece mucho más repartido. Premiar ‘Mr. & Mrs. Smith’, la serie de Donald Glover y Francesca Sloane que se basa –aunque luego se parece como un huevo a una castaña– en la película homónima con Brad Pitt y Angelina Jolie, sería bonito, pero en la categoría de serie dramática igual cumplen más el canon ‘Chacal’ y ‘La diplomática’, por no hablar de la segunda temporada de ‘El juego del calamar’, que fue nominada antes de su estreno. En la comedia catódica parece que las nuevas temporadas de ‘The bear’ y ‘Solo asesinatos en el edificio’ cuentan con cierto favoritismo, pero es difícil imaginar qué miniserie se va a llevar el gato al agua, pues el año ha sido lustroso con ‘Ripley’, ‘El pingüino’ o ‘Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez’.