Reconozco que no conocía a la tal Lalachus o Chupa Chups o cómo diablos se llame hasta que anunciaron que iba a ser la compañera de David Broncano la noche de las campanadas de Fin de Año en la tele pública. La polémica que ha saltado a raíz de la estampa que mostró del Sagrado Corazón de Jesús con una imagen superpuesta de la vaca del Grand Prix hay que circunscribirla dentro del humor, pero no del humor inteligente, como hacia gente talentosa como Gila o Tip y Coll, sino dentro del humor soez, vulgar, irreverente, chabacano, poco ingenioso y de mal gusto, donde la Lalachus se mueve como pez en el agua.
La actriz y cómica madrileña pedía respeto, tras haber recibido insultos en las redes sociales por su gordura. Un respeto que no ha tenido para los demás. Nadie puede ser objeto de mofa o burla por su aspecto físico, pero sí por su trabajo y más cuando ha sido contratada por la televisión pública que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos, creyentes, agnósticos y ateos y en este sentido, Lalachus, fue caótica. Mala hasta decir basta. No entiendo su éxito. Iba de graciosa, pero sin tener ni pizca de gracia. La partenaire de Broncano hizo gala de su falta de experiencia.
Esto no va de gorduras sino de falta de profesionalidad y ordinariez, como bien decía Enrique Ferrara en su muro de Facebook. La actriz Teté Delgado y el ex componente de Caiga Quien Caiga, Sergio Pazos fueron los encargados de presentar las campanadas de Fin de Año en Telecinco y en ningún momento se criticó el aspecto físico ni hubo comentarios despectivos hacia Teté que no acudió al programa como una víctima sino como una excelente profesional.
Creo, sin embargo, totalmente exagerada la campaña de asociaciones religiosas que han iniciado querellas contra Lalachus que difícilmente van a prosperar en los juzgados porque entran dentro del ejercicio a la libertad de expresión. Lo único que se consigue con estas acciones es darle más notoriedad a la protagonista de la noticia, que era precisamente lo que buscaba cuando sacó la estampa religiosa, sabedora de que al día siguiente se iba a hablar de ello.
Seguramente esa burla que hizo de una imagen religiosa que representa a muchos españoles no se hubiera atrevido a hacerla con otras confesiones religiosas.
En esa guerra sin cuartel que no termino de entender que mantienen Pablo Motos y David Broncano por ganar la audiencia en esa franja horaria de prime time con sus respectivos programas El Hormiguero y La Revuelta va a seguir a lo largo de todo 2025 y no tardaremos en ver a Broncano elegido como personaje del año y quien sabe si también a Lalachus como actriz revelación o presentando los Goya.