Si copio y pego una de las tres últimas crónicas de un UCAM-Unicaja en Murcia escritas por mi compañero José Pablo Guillén, casi nadie, por no decir nadie, se daría cuenta. Porque el partido de ayer, una vez más, fue dominado por los malagueños frente a un rival que volvió a cometer los errores de siempre cuando enfrente están los actuales campeones de la Supercopa, a los que eliminaron en las semifinales de la pasada temporada por el título de liga, pero eso sí, perdiendo los dos encuentros en el Palacio. En el primer choque de 2025 se repitieron los errores de 2024. Fue un ‘dejá vú’ en toda regla. Frío arranque, concediendo una ventaja casi insalvable a un rival con una plantilla inmensa muy bien gestionada; demasiadas pérdidas de balón; falta de continuidad en el juego; bajos porcentajes de tiro...
La cuarta derrota en casa de la temporada llegó, como decía, tras un mal arranque (9-21) que penalizó al conjunto universitario, que en el tercer cuarto tuvo a su rival a tiro de piedra (55-62), pero por sus propios errores no pudo impedir que se repitiera la historia (77-89). Mientras que el conjunto de Ibon Navarro cogió el vuelo que le lleva a la Copa del Rey, los de Sito Alonso tendrán que conformarse, salvo milagro, con ver este año el torneo que se jugará en Las Palmas de Gran Canaria desde la distancia. Y es que a falta de tres jornadas para el final y un average negativo, solo unos resultados del resto de equipos implicados casi improbables, podrían cambiar la situación.
Diagne, el más regular
En una noche donde el tercer pívot de la rotación, Moussa Diagne, fue el más regular, donde Ludde Hakason jugó los primeros ochos minutos y después desapareció, y en muchas fases del choque los jugadores locales se olvidaron de jugar en equipo y tiraron en exceso de las invidualidades, las 19 pérdidas de balón, los pobres porcentajes de tiros de tres (23,8%) y tiros libres (63,6%) allanaron al camino a un rival al que no le puedes conceder nada, absolutamente nada, porque como ocurrió en las contadas ocasiones que los locales encontraron continuidad en el juego, no perdona, machaca. Y eso pasó un par de veces, no más, en una jornada donde se registró la segunda mejor entrada de la temporada en el Palacio, con siete mil espectadores en las gradas.
Las alarmas se encendieron casi desde el salto inicial, ese que se tuvo que repetir hasta en tres ocasiones. Un 2-10 a los cuatro minutos de juego obligó a Sito Alonso a consumir un tiempo muerto. El técnico optó por jugar de inicio con Rodions Kurucs de ala pívot y tres pequeños en el exterior. La fórmula resultó fallida y pronto tuvo que poner en juego a Brodziansky, que solo lanzó una vez a canasta en los 11 minutos que estuvo un pista. Solo un triple de Dylan Ennis puso luz en el apagón generalizado de un equipo incapaz ofensivamente que llegó a verse 16 puntos abajo en el último minuto del primer cuarto. La defensa en zona de los locales no cambió el ritmo frenético de los malagueños, que encontraron con los triples de Tillie y Perry el antídoto perfecto. Al final se quedó en 14 la desventaja tras una canasta sobre la bocina (11-27).
El horroroso 27% de efectividad en los tiros de campo del primer cuarto al menos demostró a los universitarios que debían buscar más a los pívots. Con Diagne en pista, mucho más versátil que Todorovic, lo encontró. El interior anotó seis puntos y su equipo también subió una marcha en defensa. Le tomó el relevo Radovic en los mejores minutos de los locales, que llegaron a situarse a once puntos (27-38, min. 16). Pero cuando por fin parecía coger la medida al Unicaja, entonces aparecía un lanzamiento exterior de los malagueños que apagaba los ánimos. A Caupain se le salió un triple de dentro y acto seguido su rival no perdonó (27-40 min. 17). Porque si algo tiene la máquina verde que dirige Ibon Navarro es que no concede nada. Cualquier momento de debilidad lo castiga duramente, como los tiros libres fallados por Diagne y Ennis a los que respondió con un triple de Tillie (28-43). Se empeñaron en exceso los universitarios en hacer la guerra por su cuenta, situación que aprovechó el rival para mantener una cómoda renta que al final del segundo cuarto se quedó en 13 con una canasta de Troy Caupian en una entrada a la desesperada (34-47).
Polémica en el tercer cuarto
Los UCAM-Unicaja de los últimos años también han sido calientes. No podía faltar la polémica. Y saltó en el tercer cuarto, que se abrió con una antideportiva de Rodions Kurucs. A los tres minutos de juego, Osetkowski, en una lucha por un balón, salió disparado hacia el banquillo murciano e impactó con Blagota Sekulic, ayudante universitario, quien se lo quitó de encima airadamente. Ennis sacó al ala pívot del Unicaja de la escena de un empujón. Los árbitros revisaron la acción y señalaron una antideportiva al canadiense y una técnica para cada banquillo. Todo eso ocurrió después de otro mal arranque de los murcianistas, jugando de nuevo con Rodions Kurucs de ala pívot, una fórmula que en las dos ocasiones precedentes había sido infructuosa, y con Sant-Roos de base. El Unicaja aprovechó para irse hasta los 22 de diferencia tras un triple de Balcerowski (38-60, min. 24) en medio del desconcierto local y del enfado de la grada con los colegiados.
No encontraban soluciones los murcianistas que, para colmo, también erraron varios tiros libres. Un chispazo de Sant-Roos con un triple (46-62, min. 26) proporcionó un poco de luz en medio de una tremenda oscuridad. Pero el problema era la inexistente continuidad en el juego. Sin embargo, esta vez llegaron dos robos de Radebaugh y una canasta del escolta, además de tres puntos de Diagne, que reavivaron el duelo (51-62). Desde la defensa, como otras tantas veces, pasó de tener perdido el partido el UCAM a verse por primera vez dentro del mismo. Un triple y un tiro libre de Radebaugh tras una técnica estrecharon más que nunca el cerco (55-62, min. 28). Pero de nuevo tres dardos en el corazón de los malagueños diluyeron la reacción (55-69) en un cuarto que se cerró con dos tiros libres de Carter, el mejor de la noche, a 8 décimas del final.
Pese a perder 15 balones en 30 minutos, aún tuvo una vida más el UCAM en el último cuarto, pero de nuevo la desperdició. Un alley oop de Stephens y cinco puntos consecutivos de Dylan Ennis volvieron a poner la desventaja por debajo de la barrera psicológica de los diez puntos (68-77). Pero esa falta de continuidad que le lastró en otras fases del choque la acabó pagando de nuevo. Llegaron los triples del inspirado Carter y de Osetkowski para de nuevo apagar la llama de los locales (68-83). Encima, cuando los locales tuvieron al Unicaja más controlado, no le entraron los tiros exteriores. Y así es imposible ganar a un rival con una plantilla interminable.
Con la Copa del Rey ya a un abismo, el objetivo ahora es otro, llegar a los play off por el título. Y para ello debe seguir sumando triunfos el subcampeón de liga, que mañana tendrá la oportunidad de redimirse en la pista del Baxi Manresa.