Mestalla comienza el año nuevo igual que lo terminó. Con otra final por la permanencia en medio de una atmósfera de máxima tensión contra Peter Lim y sus ejecutivos de València. El año ha cambiado. La situación límite no. Con el equipo en puestos de descenso a segunda división y una cuesta de enero contra rivales de entidad (Real Madrid, Sevilla, Real Sociedad y Barcelona) que asusta. 2025 es el escenario de peligro y sufrimiento al que condenó al Valencia su máxima accionista durante los últimos mercados de fichajes. El único clavo ardiendo al que agarrarse se llama Carlos Corberán. El nuevo técnico es la única esperanza real para salir de la zona roja y salvar la categoría. Sin cambios en la propiedad hasta la momento, el valencianismo se aferra al cambio de entrenador como única solución de urgencia para la supervivencia deportiva del club. Mestalla se encomienda al ‘efecto Corberán’ para continuar con vida en primera. No le queda otra.

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