El 2025 ha llegado repleto de polémica en el mundo televisivo. Muchos auguraban que las Campanadas de David Broncano y Lalachus iban a dar de qué hablar, pero nadie se imaginaba que pudiera ser por un motivo parecido. La presentadora mostraba una estampita de la vaquilla del Grand Prix, como si se tratase del Sagrado Corazón de Jesús, y desde el sector más conservador montaban en cólera. De hecho, Abogados Cristianos y Hazte Oír ya han presentado sus denuncias. Así, en las últimas horas se ha abierto un gran debate sobre si fue correcto o no, ofensivo o no y un largo etcétera. Este jueves, en el primer Ni que fuéramos Shhh del año, Kiko Matamoros se enfrentaba a Lydia Lozano tras su posicionamiento en contra de Lalachus.

Los colaboradores analizaban la polémica de las Campanadas junto a varios periodistas especializados en televisión que intervinieron en la Quickie Ronda. Por su parte, Antonio Albert señalaba que «a gente se ofende por actos de supuesta agresión a una religión tendrían que analizar el hecho de la intención, y era un guiño simpático, no era ninguna ofensa». En esta línea, cuestionaba la denuncia de Abogados Cristiano y recomendaba «que se apliquen el padrenuestro»: «perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden», citaba.

Sin embargo, estos argumentos y del resto de compañeros que opinaban de la misma manera no convencieron a Lydia Lozano, quien sembró polémica con sus palabras: «Creo que era innecesario, no necesitaban lo de la vaquilla del Grand Prix», decía la también colaboradora de Mañaneros. El revuelo comenzaba a montarse en plató, por lo que añadía: «¿No puedo opinar?».

Irene Zugasti trataba de explicarle que Lalachus es una amante de la pequeña pantalla y que uno de los aspectos que le caracteriza es su humor moderno, adaptado al de las nuevas generaciones: «Eso lo sabrás tú,que la sigues, pero mi madre, que vio La 1, no sabe quién es Lalachus, como no sabe quién es Blanca Romero. Yo me fijo siempre en un perfil de gente que consume televisión, pero tú como analista lo sabes, y yo ahora por ti me estoy enterando que Lalachus es así«, cargaba la periodista.

Las palabras de Lozano enfadaban a Matamoros, que alzaba la voz para defender a Lalachus ante las críticas e incluso denuncias recibidas en estos días: «No puede haber nada más reaccionario y nada más a favor de la ola de intolerancia que el discurso de mi compañera Lydia lozano. Si algo no era, era innecesario, la propia respuesta que ha tenido ese hecho te da a conocer que es todo menos innecesario, que es muy necesario desdramatizar determinadas cosas, desnaturalizar determinandos discursos, desacreditar determinadas organizaciones y darle normalidad a lo que es absolutamente normal a nivel de calle. Porque si a nivel de calle yo digo que soy Dios, nadie se ofende y si digo ‘yo soy el Dios de la televisión’, nadie se ofende», exclamaba.

Las denuncias de Abogados Cristianos y Hazte Oír a Lalachus

La primera denuncia a Lalachus, y también al presidente de RTVE, José Pablo López, llegaba por parte de Abogados Cristianos. Lo que fue un alegato en favor de la televisión pública, fue interpretado como «un posible delito de odio y contra los sentimientos religiosos» por la asociación de ultraderecha, que considera que el gesto de la presentadora «denota un claro menosprecio y burla hacia los ritos y símbolos del catolicismo», además de suponer «una vejación, una injuria y un ultraje hacia los sentimientos religiosos y las creencias católicas».

Abogados Cristianos denuncia que es un «ataque a los cristianos» con el objetivo de «generar polémica y así aumentar audiencia, algo que ya ocurrió con la gala de inauguración de los Juegos Olímpicos» y que «estos comportamientos no pueden quedar impunes si queremos poner freno a la cristianofobia, cada vez más presente en nuestro país».

Por otro lado, este jueves, 2 de enero, llegaba el turno de Hazte Oír, que anunciaba su querella a través de X -anterior Twitter-: «Denuncia presentada. Hazte Oír cumple. Le pese a quien le pese». En el fragmento que se podía ver en la imagen adjunta por ellos mismos, se lee que el motivo que alegan para presentarla es «una ofensa a los sentimientos religiosos».

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