Los F-22 estadounidenses enfrentaron drones y misiles de diseño iraní, adaptando tácticas innovadoras en un escenario cambiante y estratégico.
Adaptación del F-22 a nuevos retos en Medio Oriente
Cuando el teniente coronel Dustin Johnson fue desplegado en Oriente Medio, él y su equipo de pilotos del F-22 Raptor se prepararon para un desafío poco convencional. Este caza, diseñado principalmente para el combate aire-aire contra aviones avanzados, debía enfocarse en contrarrestar drones y misiles de crucero iraníes, amenazas recurrentes en la región durante los últimos disturbios.
En una entrevista con Air & Space Forces Magazine, Johnson explicó: “No nos preocupaba derribar aviones enemigos, sino defender a nuestras fuerzas terrestres frente a vehículos aéreos no tripulados y misiles de crucero, cada vez más frecuentes en la región”. Estas amenazas provenían no solo de Irán, sino también de grupos respaldados en países como Irak, Siria y Yemen, lo que complicaba aún más la operación.
El despliegue de los F-22 del 90.º Escuadrón de Cazas comenzó en agosto de 2024, tras el asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán. Ante las represalias iraníes, los Raptors llegaron a una base no revelada en Oriente Medio, donde comenzaron misiones de combate al día siguiente de su arribo.
En abril del mismo año, Irán ya había utilizado más de 80 drones en ataques contra Israel. Estas incursiones fueron neutralizadas por una combinación de F-15E Strike Eagle, F-16 y aviones aliados, mostrando la creciente amenaza que representaban los UAV en la región.
Diferencias clave en combate contra drones
- Los radares AESA de los F-22 facilitan la detección de drones pequeños y lentos, aunque representan un desafío adicional.
- Los drones y misiles de crucero plantean problemas tácticos e identificación únicos para los cazas avanzados como el F-22.
- Los pilotos de los F-22 tuvieron que perfeccionar sus estrategias en base a experiencias previas con UAV.
- El entrenamiento en combate aire-aire convencional no incluye preparación específica para amenazas como drones.
Experiencia clave del personal desplegado
Johnson describió cómo los F-22 enfrentaron un “entorno muy cambiante”, donde las amenazas eran difíciles de prever y podían surgir desde múltiples puntos de la región. En este escenario, los pilotos se beneficiaron de los aprendizajes documentados por otros escuadrones, como el 494.º Escuadrón de Cazas. Este grupo recopiló datos y análisis de los derribos de drones realizados por pilotos como el mayor Benjamin Coffey, quien destacó en abril por su actuación.
“No es algo que se pueda practicar al azar”, señaló el capitán Brian Tesch, refiriéndose a los desafíos de neutralizar UAV. Estos aprendizajes resultaron cruciales para adaptar tácticas en tiempo real durante las operaciones en Oriente Medio.
El general James B. Hecker también destacó la importancia de compartir conocimientos entre las unidades desplegadas. Según Johnson, la comunidad aérea se apoyó en las experiencias previas para perfeccionar estrategias y lidiar con amenazas no convencionales.
Resultados estratégicos de las operaciones
A pesar de los retos, la presencia de los F-22 en Oriente Medio logró disuadir a Irán de utilizar drones durante el ataque a Israel en octubre de 2024. En su lugar, se emplearon misiles balísticos, que fueron interceptados por sistemas de defensa aérea israelíes y estadounidenses.
La misión también confirmó el valor estratégico del F-22 como una plataforma que combina capacidades tácticas avanzadas con un impacto disuasorio significativo. Según Johnson, la presencia de este caza en el teatro de operaciones genera dudas entre los adversarios sobre la eficacia de sus propias defensas.
Finalmente, los F-22 regresaron a Estados Unidos antes del Día de Acción de Gracias, tras cumplir con éxito su misión. No obstante, las tácticas desarrolladas para enfrentar drones y misiles seguirán siendo relevantes en escenarios futuros.
Lecciones aplicables a futuros conflictos
Johnson destacó que los preparativos realizados por las tripulaciones del F-22 serán cruciales en un posible conflicto global entre superpotencias. “Esto es cien por cien aplicable a otros escenarios”, afirmó, subrayando que el dominio de tácticas contra drones es ahora una necesidad estratégica para las fuerzas aéreas modernas.
La experiencia en Oriente Medio demuestra que incluso cazas avanzados como el F-22 deben adaptarse constantemente a las nuevas amenazas, reafirmando la importancia de la flexibilidad táctica en conflictos contemporáneos.