Mientras la economía europea baja una marcha, lastrada por la recesión de la locomotora alemana y la política monetaria de enfriamiento que lleva sosteniendo el Banco Central Europeo (BCE), España logró aguantar el ritmo durante el 2024 y cerrar el ejercicio con números, en lo laboral, propios de un ciclo expansivo. Sostenido gran parte de ese crecimiento por la contribución de la población extranjera, que asume cuatro de cada 10 nuevos empleos creados.
El balance con el que cierra el año el mercado laboral es de 501.952 ocupados más, hasta un total de 21,33 millones de cotizantes a la Seguridad Social y 146.738 parados menos, sobre un total de 2,56 millones de apuntados en el Sepe. España culimna así su cuarto año consecutivo de crecimiento del empleo, desde aquel 2020 en el que estalló la pandemia y las restricciones a la actividad dejaron un agujero en la afiliación de 360.000 ocupados.
Desde que empezó el desconfinamiento el empleo en España ha ido sumando y sumando afiliados y actualmente cierra 2024 con la mayor cifra de ocupados de la estadística disponible hasta la fecha. Nunca tantos españoles habían estado cotizando de manera simultánea. No obstante, ello no oculta que el empleo va evidenciando señales de fatiga y que, pese a acumular esa buena racha, el paro está todavía por encima de los niveles previos a la burbuja financiera e inmmobiliaria.
La perseverancia a la hora de acumular números positivos explica los actuales niveles récord de ocupación más que no el hecho de que 2024 haya sido un año excepcional. Ha sido bueno, pero de los cuatro posteriores al covid ha sido el tercero. No ha sido ni tan prolífico como lo fue 2021 y ni tan explosivo como lo fue la primera mitad de 2023, que dejó récords de ocupación que luego no supo mantener en la segunda mitad.
El mercado laboral no puede disimular un cierto agotamiento, si bien su forma física, en comparación con otras grandes economías europeas, es sustancialmente mejor. En contra de lo que ha sucedido históricamente, cuando España era la primera en recuperarse, pero también la primera en caer cuando la economía no acompañaba.
Por territorios, la Comunidad de Madrid ha sido la región que más ha crecido en términos absolutos, con 114.779 afiliados más que hace un año, seguida de Andalucía (93.770) y con Catalunya de tercera (81.016).
Tirón migrante
Ese tirón de la ocupación no se entendería sin la contribución de la población migrante. En el último año el número de ocupados nacidos fuera de España ha aumentado en 212.041 personas, es decir, cuatro de cada 10 nuevos empleos creados los están asumiendo foráneos.
Dicho colectivo roza ya los 2,9 millones de afiliados a la Seguridad Social, el 13,5% del total de la población trabajadora. En 2019, un año antes de estallar la pandemia, eran el 11,2% y es que las actuales cifras de récord de ocupación no se explicarían sin su contribución.
Mujeres y calidad desigual
El empleo durante este 2024 -siguiendo el esquema de años anteriores- ha crecido a través de los migrantes y de las mujeres. 2024 ha sido el año en el que por primera vez en la historia de España el número de afiliadas a la Seguridad Social ha superado los 10 millones.
Esa progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral, tras décadas recluida en el hogar en labores no remuneradas, va quemando etapas y la brecha entre el empleo masculino y el femenino va cerrándose. Si hace un año ellas representaban el 47,3% del total del empleo, hoy son el 47,4% y antes de la pandemia eran el 46,9%.
Por sectores, en términos absolutos los actuales motores del crecimiento del empleo son la sanidad (61.700), la hostelería (54.398) y el comercio (53.380); si bien otros oficios como el transporte (46.454) o las actividades profesionales, científicas y técnicas (32.737) también han tenido un cierto protagonismo este 2024.
Ese mapa por sectores deja una calidad desigual del nuevo empleo creado, con gremios históricamente caracterizados por buenas remuneraciones, como las actividades profesionales o la sanidad, así como también aquellos que peor pagan, hostelería y comercio.
El paro, aún más alto que antes de la burbuja
El número de desempleados registrados oficialmente en el Sepe cerró 2024 en un total de 2,56 millones de personas. En el último año ha descendido en 146.738 personas o lo que es lo mismo, un 5,4% interanual. Buenos datos, mejores que los del año pasado, que sin embargo no logran reducir los niveles absolutos de desempleo por debajo de los existentes antes de la burbuja financiera e inmobiliaria.
Hoy hay 2,56 millones de parados en España y en 2007 había 2,12 millones. ¿Cómo puede ser que España bata récord de ocupados pero todavía haya más desempleados que antes de la Gran Recesión? Esa progresiva incorporación de migrantes y mujeres, fuerza laboral antes no disponbile, lo explica en parte. El mercado laboral crece y le cuesta diluir las tasas de paro, tal como también evidencian otras fuentes estadísticas, como la EPA que trimestralmente actualiza el INE.
En 2025 las perspectivas de la mayoría de casas de estudios son que el empleo siga creciendo y el paro siga reduciéndose, a ritmos ligeramente inferiores en ambos casos que durante este recién finado 2024.