Una vez más, las redes sociales han generado un revuelo inesperado por una opinión gastronómica. En esta ocasión, la protagonista es Bianca, una argentina que se encuentra de viaje en Barbate, un pintoresco pueblo pesquero en la costa de Cádiz. La influencer y creadora de contenido compartió en su cuenta de TikTok un vídeo en el que probaba varios platos tradicionales de la zona, pero lo que comenzó como una reseña de la gastronomía local ha terminado siendo un foco de polémica, especialmente por su crítica al salmorejo.
Bianca, en su vídeo, comenta: “El primer platito que vamos a probar es la tortilla de camarón… Salmorejo… No, no. No me gustó. No, no, no me gustó. El salmorejo no es de mi agrado. Mucha gente quiere poder gustar, respetado. Me parece buenísimo. Para gustos, los colores. Pero no es de mi agrado”. Aunque la argentina aclara que respeta las preferencias de los demás, su sinceridad no ha sentado nada bien entre algunos de los habitantes de Barbate y otras personas del sur de España, quienes han aprovechado para expresarse en los comentarios de su publicación.
La lluvia de críticas no se ha hecho esperar, y en los comentarios se puede leer desde bromas hasta reproches directos. Algunos usuarios han expresado su sorpresa ante la crítica al salmorejo, como este mensaje: “Soy andaluz y no he visto un salmorejo así en mi vida, no te culpo”. Otros se han mostrado más incisivos, como un comentario que decía: «Quedaros en vuestra casa con la salchipapa».
Sin embargo, no todos han sido tan severos. Algunos seguidores han defendido a la argentina, argumentando que no hay motivo para atacar a Bianca por dar su opinión sobre los platos locales, como este comentario: “El salmorejo y el gazpacho no suele gustar a los extranjeros, jeje, es algo curioso. Aun así no sé por qué atacan a la chica, ha dado su opinión sin faltar el respeto”. Este tipo de comentarios ponen en evidencia una división en las opiniones sobre cómo debe ser recibida la crítica gastronómica, especialmente cuando se trata de la cultura culinaria local.
Un punto que ha causado controversia ha sido la diferencia entre el salmorejo que Bianca probó y el que muchos gaditanos están acostumbrados a ver en sus mesas. “Es muy raro que ese salmorejo tenga alubias, normalmente es con jamón y huevo, no sé si sea cosa de la zona”, comenta un usuario, mientras que otro sugiere que “en Barbate, algunos sitios le echan piñones y mojama”. Estas variaciones en la receta tradicional del salmorejo parecen haber confundido a la influencer, quien, aunque disfrutó de otros platos como el tartar de atún, no quedó convencida con el plato andaluz.
De hecho, Bianca no fue la única en manifestar sus gustos personales sobre la comida de la región. Otros seguidores, como una mujer de Cádiz, también compartieron sus preferencias: “El salmorejo no le gusta a todo el mundo… pa gustos, colores. A mí que soy de Cádiz me encanta el atún de la almadraba, pero bien hecho, no en tarta. No me gusta, ¿qué vamos a hacer?”.
Lo cierto es que la reacción a la opinión de Bianca también ha puesto en evidencia una característica propia de la cultura gastronómica española: la defensa a ultranza de la comida tradicional. Desde el salmorejo hasta la tortilla de camarones, la gastronomía andaluza es un tema sensible para muchos, especialmente cuando los sabores de un plato varían ligeramente según la zona.
Lo interesante de esta situación es cómo el debate sobre los gustos personales se ha desbordado en un fenómeno viral en las redes sociales. En lugar de ser un simple comentario sobre un plato típico, Bianca ha desatado una conversación sobre la identidad culinaria y la diversidad de las recetas en cada rincón de España. Al fin y al cabo, tal y como ella misma mencionó en su vídeo: «Para gustos, los colores».
La viralidad de este vídeo también nos recuerda que las redes sociales son un terreno fértil para los debates sobre cultura, gastronomía y tradiciones. Mientras algunos defienden la autenticidad de los sabores locales, otros se muestran más abiertos a la crítica constructiva y la diversidad de opiniones.
Como bien señaló uno de los seguidores: “Soy andaluza y el salmorejo no me gusta. Pero esa imagen de salmorejo… no la vi jamás. Ese es el toque de la diferencia de salmorejo con tantos bares. Enhorabuena por el dueño si sale”. Y es que, como en todo, siempre habrá espacio para la diferencia de opiniones, sobre todo cuando se trata de algo tan subjetivo como el sabor.