Ha caído en mis manos un librito estupendo que se titula, Breve tratado de la estupidez humana, escrito por el profesor y doctor en filosofía Ricardo Moreno Castillo. El librito hace alusión a la “ estupidez “ del hombre de nuestros días. 

Al terminar de leer el primer párrafo, el protagonista se da cuenta que ha escrito  “hombre“, no, “hombre y mujer“; y quizá algunos lectores pensarán que se está refiriendo a la estupidez de la mitad del género humano, el masculino, omitiendo la otra mitad, el femenino. Empero, quien así piense, tiene cierto grado de estupidez pues olvida que además de los géneros masculino y femenino, también está el neutro; que permite referirse a ambos géneros y facilita la comprensión del lenguaje. 

Dígase lo que se quiera, fuerza es convenir, hasta donde ha llegado los últimos años la idiotez. Ya entrado en materia, el autor hace referencia lo que en principio fue aquel dislate de “compañeros y compañeras“  y ahora como dicen muchos políticos – no muy ilustrados dicho sea de paso –  en “portavoces y portavozas“ . Todo es empezar para que la idiotez humana hermana de la ignorancia siga prolongándose hasta límites impensables. El autor sustenta con buen criterio como también la ideología alimenta la “estupidez“. 

Francesc Carreras el prologuista del librito, cita muy acertadamente a Ortega y Gasset que decía que «la claridad era  cortesía del filósofo«; esto es fundamental para el entendimiento entre las personas y por eso existe un género “neutro“ útil en el lenguaje, sin embargo inexistente en la realidad. Pero la idiotez es inherente a la especie humana, lo que complica la comunicación entre personas. 

Unamuno decía “no hay, en efecto, tonto bueno; y más si es amigo de burlas, rumia el amargo pasto de la envidia”, el que lo hace es un estúpido. Decía Jonathan Swift lo siguiente, «jamás he conocido un bromista que no fuese necio«. Hay multitud de ejemplos y escritos que hacen referencia a la “estupidez“, la imbecilidad y la idiotez. Como añade el autor, «el imbécil suele confundir lo que es bromear alegremente con gastar bromas de mal gusto soltando impertinencias«. 

 

Como epílogo del librito, el autor da algunas formulas para poder luchar contra la “estupidez” que es condición humana. Un ejemplo es distraerse en llenar el tiempo libre con la lectura y la escritura, el que lo hace tiene un punto de inteligencia que ayuda a borrar la idiotez. 

Soy economista no filólogo. Creo que tengo un razonable conocimiento de la lengua española, – guardando las  debidas distancias con los eruditos literatos y grandes escritores – , siempre cuando escribo tengo a mano un diccionario de la lengua española para no cometer demasiados errores. 

Para concluir, los tontos que se esconden tras una ideología, pretenden resolver su propia carencia de ideas propias, en eso consiste lo que hoy se denomina “políticamente correcto“ es decir, sostener lo que dice todo el mundo para no crearse problemas con los demás. Un librito muy interesante y acertado que hay que leer. 

Agustín Hidalgo. Economista. 

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