Una misión que inspeccionará el cielo en el rango de luz infrarroja cercana para desvelar los secretos del Universo profundo y las galaxias distantes, el envío de cargar útiles a la Luna para avanzar en su exploración o el lanzamiento de un avión espacial sin tripulación para realizar experimentos en la órbita terrestre baja son algunos de los proyectos que marcarán el 2025 en cuanto a exploración espacial.
El nuevo año llega con buenas noticias para el campo de la exploración espacial, ya que se están planificando interesantes misiones que involucran a la Luna, la investigaciones de asteroides, la búsqueda de ampliar conocimientos sobre las estructuras cósmicas más lejanas o la experimentación en la órbita terrestre baja, según un artículo publicado en The Conversation por Wang Zhenbo, profesor de Ingeniería Mecánica, Aeroespacial y Biomédica de la Universidad de Tennessee, en Estados Unidos.
En principio, hay que destacar que 2024 fue un año muy activo en cuanto al estudio del espacio: los grandes avances del telescopio Webb, la primera caminata espacial civil de la historia, el inicio del viaje de la misión Clipper de la NASA para estudiar la luna Europa de Júpiter o la devolución con con éxito de muestras del otro lado de la Luna por parte de la misión Chang’e 6 de China son solo algunos ejemplos de esa actividad.
Avión espacial y estudio del cosmos distante
Todo indica que 2025 no se quedará atrás y que incluso podrá ofrecernos más avances sorprendentes. Por ejemplo, la Agencia Espacial Europea (ESA), planea realizar un vuelo de prueba orbital de su avión espacial sin tripulación denominado Space Rider en el tercer trimestre de 2025: se trata de una nave espacial reutilizable diseñada para llevar a cabo diversos experimentos científicos en la órbita terrestre baja.
En tanto, en febrero de 2025 la NASA planea lanzar el observatorio espacial SPHEREX, una misión que inspeccionará el cielo en luz infrarroja cercana, vital para descubrir objetos extremadamente fríos o distantes para ser apreciados en el rango de luz visible. El observatorio creará un mapa completo del Universo profundo mediante el estudio y la recopilación de datos sobre más de 450 millones de galaxias y más de 100 millones de estrellas en la Vía Láctea.
Luna, asteroides y misiones tripuladas
Al mismo tiempo, el lanzamiento de la misión japonesa M2/Resilience, programado para enero de 2025, permitirá llevar un módulo de aterrizaje, un micro-rover y otras cargas útiles a la superficie lunar. El objetivo es estudiar el suelo lunar para entender su composición y propiedades. Los investigadores también realizarán una prueba de división de agua para producir oxígeno e hidrógeno extrayendo agua de la superficie lunar, recursos que se pueden utilizar para permitir la exploración lunar a largo plazo.
Por otro lado, con un lanzamiento programado para mayo de 2025, Tianwen-2 es una misión de China que se ha planteado recolectar muestras de un asteroide cercano a la Tierra y estudiar un cometa. La misión permitirá avanzar en la comprensión de la formación y evolución del Sistema Solar y otros sistemas estelares, basándose en el éxito de las misiones lunares y en Marte concretadas por el gigante asiático.
Por último, es importante recordar que muchas de estas misiones también servirán para probar nuevas tecnologías de exploración e investigación en el espacio, pensando principalmente en futuras incursiones humanas hacia la Luna y Marte, que están previstas para la próxima década. Además, esto incluye los nuevos avances en Inteligencia Artificial (IA), robótica y otras áreas que comenzarán a aplicarse en la tecnología espacial.