Se acaba el 2024 y no quería despedir el año sin hacer algo diferente, algo que llevo tiempo comentando con mi nuevo director, Chema Garrido. Podría escribir de los jueces Juan Carlos Peinado o Ángel Hurtado o de la DANA, pero ya tendremos tiempo para eso. Hoy quiero hacer una reivindicación, a la par que reflexión personal. Una reivindicación que ya han podido leer, lectores, en el titular: no me llames Loreto, llámame Charo.
En mi vida profesional me han llamado de todo: feminazi, loca, asesina, proetarra, independentista, fea, lesbiana, transexual y la mayoría de veces gorda. Desde hace un tiempo otro apelativo gana terreno: CHARO. Podría hacer un análisis en contra de que me llamen Charo a mí o a cualquier otra mujer. Pero sabéis qué, lectores: que pienso hacer todo lo contrario. Viva la charocracia y que les den a todos estos machirulos de extrema derecha que se creen que eso nos jode. Ya se han apropiado de la bandera de España cuando es de todos, no les pienso ceder ni un milímetro más de terreno.
Obviamente no soy proetarra pero defiendo, y lo seguiré haciendo, la legalidad de Bildu; tampoco soy lesbiana ni transexual, pero qué pasaría si lo fuera: pues nada. Asesina, pues más allá de alguna mosca, mosquito y hormiga, no he matado nada más en mi vida, pero sí soy una férrea defensora del derecho al aborto o la eutanasia y lo seguiré siendo, porque son derechos aunque les moleste a los fachas. Soy feminista no feminazi, porque para nazis ya están ellos; tampoco soy independentista pero apoyo el derecho de los pueblos a votar y a reivindicarse aunque sea pidiendo una independencia que no apoyo. Lo de gorda es una evidencia y, oye, yo alimento mis lorzas y lo seguiré haciendo. Y lo de fea…bueno, eso depende de los ojos que te miren, ahí no me meto.
En mi caso me llaman Charo porque cuando salgo en televisión hablo de una forma muy clara y simple. Hace ya muchos añitos mi jefe en La Razón en Valencia, Toni Ramos, me dijo: “Nosotros escribimos para los floristas de abajo”, en referencia a las tiendas de flores que hay en la plaza del Ayuntamiento. “Si ellos no te entienden es que algo haces mal”. ¿Es Ramos el precursor de la Charocracia? Pues no, es simplemente un gran periodista que sabe que no todo el mundo es juez, fiscal, médico o ingeniero y que debamos informar para todos, no solo para gente con estudios superiores. Si eres periodista y cuando hablas o escribes no te entiende alguien que no ha podido acceder a tu misma educación, algo estás haciendo mal, muy mal.
Salir en televisión te da una exposición pública brutal. Yo, de broma, siempre digo que soy la reina del frente de juventudes, ya que la mayoría de personas que me paran por la calle para felicitarme están ya bastante talluditos. Son mis yayos. Los amo. Los abuelos deberían ser eternos. Me encanta hablar con ellos, siempre aprendo una barbaridad. Pero en esas generaciones hay mucha gente que no pudo estudiar, sobre todo las mujeres. Por tanto, ponerme delante de una cámara y hablar para expertos en derecho es un error increíble. Además que me da lo mismo lo que opininen en el Supremo, me importa bastante más que estén informados en la residencia de ancianos de la esquina, la verdad.
También les jode, y mucho, a los fachas que les llame por su nombre: fachas. Podría llenar mi discurso de circunloquios grandilocuentes pero no me da la real gana. Soy una Charo, y a mucha honra. A lo mejor esto me cuesta una bronca con alguna feminista que no opina como yo, pero de verdad que pienso que no hay nada mejor que coger un insulto y darle la vuelta…recordemos a Pedro Sánchez y el famoso ‘perro santxe’. Por tanto, vivan las charo y viva la charocracia. Por un 2025 llenos de Charos. Feliz año lectores.
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