Hay gente que no necesita seguir la transmisión de las uvas desde el reloj de la Puerta del Sol porque tiene el suyo propio, como los vecinos de Mondoñedo que salen a las 12 de la noche a la plaza de la Catedral para tomar las uvas al son de las campanas de su reloj.
Hace años subía el campanero y las daba él mismo, pero ahora lo deja automatizado para poder disfrutar de la entrada del año con la familia.
Hace tres años el invento falló. Entre risas nos cuenta Valentín Ínsua, el campanero, «yo siempre subo días antes para procurar que el reloj esté perfecto, pues hace tres años subí, preparé el reloj, yo no fui a tocar, para que tocase el reloj solo lógicamente, y resulta que fue el único día del año que no tocó las doce y la gente abajo esperando a ver cuándo tocaba. Imagínate la importancia en ese momento de un campanero que falla la campana».
Ahora lo tiene todo amarrado para que no vuelva a ocurrir una anécdota similar y además ha ensayado esta misma mañana con las uvas de los niños, a las 11 de la mañana, en este caso lanzó una cuerda a la plaza desde la mítica campana «Paula» y fueron ellos mismos los que llevaron el ritmo para no atragantarse con las uvas. Subirlos al campanario era demasiado peligroso.
Celebración de las doce campanadas infantiles en Mondoñedo
La pretensión era tocar las campanas de la Catedral para los más pequeños, pero no con la campana de las horas -que se llama «Jerónima»- sino con la más famosa de todas «Paula», el «santo y seña» de Mondoñedo. Además querían hacer «unas campanadas a medida», para que sonaran al ritmo que los niños necesitaran para poder masticar y tragar las uvas. Por eso, gracias a la cuerda lanzada desde el campanario, los niños manejaron la campana «a su antojo, como quisieron».
Lo hizo así, con la cuerda, porque «los niños serían muchos para subirlos y estar todos arriba (en el campanario), sería peligroso».
Y esta noche, al filo de las doce, la cita del año, para dar la bienvenida al 2025 junto con los vecinos y al son del reoj de la Catedral. Seguro que todo sale de maravilla y sin fallos. Una Nochevieja muy especial. A los mindonienses no se les ocurre un modo mejor de comenzar el año que al amparo de su querida catedral.
