Un año más, el presidente de la Xunta de Galicia ha pronunciado su tradicional discurso de fin de año. En esta ocasión, Alfonso Rueda es el primero que protagoniza como máximo responsable del Gobierno autonómico elegido en las urnas (anteriormente lo hizo tras la designación de su antecesor, Alberto Núñez Feijóo). A esta circunstancias se refirió señalando que en 2024 “nuestra comunidad escogió el camino por el que quería seguir avanzando. Nos toca ahora a los representantes públicos que fuimos elegidos cumplir con la voluntad de la gente”.
La grabación del mensaje de aproximadamente 8 minutos se llevó a cabo en la Universidad de Santiago de Compostela, primero en el Palacio de Fonseca y luego en la Biblioteca de América. La elección no ha sido al azar, puesto que Alfonso Rueda dedicó casi la mitad de su intervención a temas relacionados con la educación.
En primer lugar, y así lo inició, para elogiar las políticas de su Ejecutivo en materia universitaria. En alusión a los estudiantes de este nivel educativo señaló que “queremos que todos ellos encuentren cada vez menos obstáculos en el camino para convertirse en aquello que quieren ser”, para a continuación presumir de que “desde este año” todo el alumnado que apruebe podrá “matricularse gratis en una universidad gallega”.
Muchos verán esta referencia clara a una cuestión que estas semanas ha generado polémica en Galicia y que tiene que ver con la autorización a la universidad de Abanca para que impartan el grado de Derecho, una decisión que iría en contra de lo que el propio Rueda señaló en su momento para justificar el beneplácito a la creación de la primera institución privada de este tipo en la región.
Aprovechó también para hablar de la Formación Profesional: “Galicia ofrece también más posibilidades que nunca, desde la FP Dual con prácticas en empresas hasta los másteres o títulos de alta especialización”.
“La educación es clave para el progreso de un país: abre puertas, reduce diferencias sociales y multiplica oportunidades para crecer”, un apartado, el educativo, que concluyó presumiendo de uno de sus compromisos de campaña que ahora se hacen realidad: “todas las etapas educativas sean totalmente gratuitas, desde que entramos a la escuela infantil hasta que finalizamos un grado o un ciclo con un título bajo el brazo”.
En un mensaje de fin de año autocomplaciente, no faltaron las advertencias sobre asuntos nacionales a los que Galicia no es ajena. Es el caso de la emigración. Esta región ha sido y es exportadora de mano de obra, antes menos cualificada y ahora más preparada. Pero también es receptora de personas que llegan de otros países en busca de un futuro, al igual que hicieron millones de gallegos durante las décadas que siguieron a la Guerra Civil.
“Hay un poco de Galicia en todas partes” señaló, para añadir que “también hay mucho de todas partes aquí en Galicia”. En alusión a lo que sucede en otras comunidades indicó que “nosotros jamás fuimos una tierra cerrada en sí misma: siempre estuvimos dispuestos a integrarnos en sociedades que en un principio nos eran ajenas, y también a permitir que personas llegadas de muy lejos contribuyeran a nuestro progreso”.
Quizá uno de los momentos más llamativos del discurso de Alfonso Rueda ha sido el relativo al empleo. Lo unió con el regreso de esos jóvenes que siguen saliendo de Galicia ante la ausencia de oportunidades.
En este punto, además de la Estrategia Retorna que “abre las puertas y ofrece todas las facilidades a los gallegos del exterior que deseéis volver a casa”, apeló a la “necesidad” de que haya “puestos de trabajo de calidad y bien remunerados, y en todos los sectores”.
Alusión a Altri
“Tenemos una posición estratégica, somos el balcón del Atlántico y la atalaya hacia América, y tenemos que aprovecharlo”, para a subrayar las riquezas de las que dispone la región para “los proyectos que quieran asentarse aquí (…), y que por supuesto tendrán que respetar nuestro medio ambiente y nuestro entorno”. Esta referencia de Rueda será interpretada en clave Altri y, de nuevo, parece un nuevo respaldo de la Xunta a la macrocelulosa que la compañía portuguesa quiere implantar en el concello lucense de Palas de Rei.
Cabe recordar que, en la actualidad, los técnicos de la administración autonómica analizan el proyecto que cuenta con el total apoyo del Gobierno de Rueda para determinar su impacto ambiental en la zona. Para la oposición en el Parlamento y el numeroso tejido social, cultural y económico que se posiciona en contra, la decisión técnica sobre la implantación de Altri será positiva, de ahí que en las últimas semanas se hayan intensificado las protestas, cuya máxima representación se dio en la multitudinaria manifestación de hace unos días en Santiago de Compostela.
De cara al próximo años y antes de desear un feliz 2025, el presidente de la Xunta de Galicia no olvidó otra de las materias que, según las encuestas, más preocupan a la ciudadanía: la vivienda. Rueda se comprometió a construir hasta 2028 el doble de viviendas públicas de las que existen, algo que choca con la inactividad que en este campo ha tenido la administración gallega desde que el PP accediera a la presidencia tras el bipartito en 2009 de la mano de Alberto Núñez Feijóo. En estos 15 años, prácticamente ha sido nula la construcción de vivienda de este tipo, de ahí que las críticas a esta referencia no tardarán en llegar.
En definitiva, como suele suceder en estos casos, el mensaje de fin de año del presidente gallego, como todos sus homólogos de diferentes comunidades y partidos políticos, ha sido un discurso en positivo, sin nada de auto críticas, con alguna referencia a otras administraciones y, este 2024, con una alusión de solidaridad con los afectados por la dana en Valencia.
Eso sí, en el caso de Alfonso Rueda, sin separarse del todo del estilo de Feijóo durante su etapa en la presidencia de la Xunta, empieza a marcar distancias, por lo menos en la parte audiovisual del tradicional discurso navideño. La gestión y las políticas públicas, ya son otra materia.