Los científicos están seriamente preocupados ante la cada vez más probable transmisión de la gripe aviar a los humanos. De momento, en los últimos días han muerto 20 grandes felinos (linces, pumas y tigres) en un santuario animal de Washington (EEUU) que estaban afectados por esta enfermedad, que se propaga a través de las secreciones y por comer aves infectadas.
Además de este caso y de 292 rebaños afectados en catorce estados norteamericanos, en noviembre se comprobó una drástica reducción de ejemplares de una colonia de leones marinos de Argentina, un año después de la llegada del virus. Solo queda un tercio de su población, según un estudio de la Universidad de California, publicado en Nature.
Ya hay 61 casos de humanos infectados
El avance en la transmisión entre especies del H5N1 prosigue con «clados separados de aves y mamíferos marinos, lo que no tiene precedentes», indica el artículo. Desde abril de este año se han notificado 61 casos en humanos contagiados por estrecho contacto con animales infectados, tanto aves como ganado, según los datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidense.
Al estudiar el primer virus bovino H5N1 que infectó a alguien, un equipo de investigación del instituto Scripps Research alertó que este virus puede «evolucionar con facilidad para reconocer receptores de tipo humano» y comenzar una transmisión de persona a persona.
Este virus puede «evolucionar con facilidad para reconocer receptores de tipo humano» y comenzar una transmisión de persona a persona, afirman los científicos
Es decir, si para que sea posible esa transmisión a humanos un virus requiere, por lo general, de tres mutaciones, ahora está a solo un paso de ser transmisible por las mismas vías que lo fue la covid, según el estudio.
La cepa «altamente patógena» surgida en 2021 tenía «notable capacidad para infectar a una amplia gama de huéspedes» y en menos de tres años se propagó entre el ganado norteamericano y también surgió en humanos, pero con sintomatología leve. Sin embargo, «conservó su especificidad por los receptores aviares»; es decir, que no se transmitía entre una persona infectada y el resto, porque el virus prefiere, aún hoy, los receptores aviares sobre los humanos. Se trata de una «barrera crítica». Pero podría caer.
Basta una mutación más
En el análisis genético realizado a las mutaciones necesarias para «cambiar completamente de reconocimiento del receptor del huésped» se determinó que «una sola mutación» era «suficiente para provocar el cambio de especificidad aviar a humana».
«Una sola mutación -‘Gln226leu’ en la proteína HA- puede cambiar su preferencia a receptores de tipo humano, lo que aumenta el potencial del virus para la transmisión» e indican «riesgo de pandemia humana», recoge la agencia Colpisa.
«Los hallazgos resaltan la necesidad crucial de una vigilancia continua de las mutaciones emergentes del virus H5N1, ya que incluso los cambios genéticos sutiles podrían aumentar la capacidad del virus para adaptarse y transmitirse a los seres humanos, lo que podría desencadenar una futura pandemia de gripe», aseguran los autores. «El historial de altas tasas de mortalidad del virus y su capacidad de adaptación han suscitado serias preocupaciones», advierten.
Además, si a ese primer paso para iniciar la transmisión entre humanos se le añade otra, llamada ‘Asn224Lys’, «la unión al receptor humano» mejoraría. A diferencia del H1N1 de 2009, esta cepa tiene «mayor riesgo de transmisión interespecies», «especialmente entre aquellos que trabajan estrechamente con el ganado».
Ninguna persona ha fallecido hasta el momento por gripe aviar, aunque un caso requirió hospitalización. Sin embargo, los científicos piden no bajar la guardia, ante la rapidez de las mutaciones del virus H5N1, que representa una nueva amenaza.
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