Los científicos están seriamente preocupados ante la cada vez más probable transmisión de la gripe aviar a los humanos. De momento, en los últimos días han muerto 20 grandes felinos (linces, pumas y tigres) en un santuario animal de Washington (EEUU) que estaban afectados por esta enfermedad, que se propaga a través de las secreciones y por comer aves infectadas.

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