Cada vez está más claro que vivimos pegados a, entre otras cosas, un teléfono móvil, tanto niños como mayores (mal asunto). De hecho, en España hay más dispositivos móviles activos que ciudadanos. Las llamadas telefónicas publicitarias son un auténtico engorro y siempre llegan en el peor momento. También es cierto que varias empresas se pasan la ley a la torera. Además, ahora utilizan números de teléfono que nos pueden confundir pensando que se trata de una llamada importante. Son millones los españoles que se encuentran en paro y muchos de ellos anhelan una llamada que le ofrezca la oportunidad de trabajar. La desilusión será doble cuando te percatas de que realmente sólo buscan sacarte el dinero.

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