«Argentina no termina en la (avenida) General Paz». La canción, de los años 60, aludía a la carretera que separa al norte y oeste de la ciudad de Buenos Aires de la periferia bonaerense. Una suerte de frontera de asfalto entre dos realidades. La capital, de un lado, y el llamado «cordón urbano» de la provincia de Buenos Aires, al otro. Si aquella canción llamaba a disolver las diferencias e integrar bajo un mismo nombre, Argentina, una aspiración común, el paso de los años, las sucesivas crisis económicas, no han hecho más que profundizar las contradicciones territoriales, pero también políticas y culturales entre los porteños, habitantes de una ciudad que consagró su autonomía constitucionalmente relativa en 1997, y los bonaerenses, los residentes en los 24 municipios que la rodean.

Fuente