La peligrosa depresión que sufrió Mikkel Hansen: «Quería hacer cosas que…»

Mikkel Hansen, uno de los mayores genios de la historia del balonmano y jugador más mediático junto a Nikola Karabatic, lo pasó realmente mal y asustó de veras a su familia y amigos en el episodio más desconocido de su vida, ocurrido poco después de ganar en 2023 su tercer oro mundial con la selección danesa.

Así lo confiesan Hansen y su mujer, Stephanie Gundelach, en un documental emitido en la DRTV en la que hablan abiertamente de la depresión que le obligó a estar varios meses de baja antes de recuperarse y regresar a las pistas para enfilar el año de su retirada, 2024, coronado por todo lo alto en los Juegos de París con su segundo oro olímpico tras reinar ya en Río’2016.

«No tenía alegría por nada, todo era gris, nada parecía tener importancia. Al final, estaba acabado», confiesa Hansen, que se dio cuenta de la gravedad de la situación cuando un día se despertó en su habitación de hotel sin saber dónde estaba, aunque si atinó a llamar a su mujer.

«Estaba completamente fuera de lugar. Acababa de despertarse de una siesta y no sabía dónde estaba», explica Stephanie en el documental. «Sólo le recuerdo muy confundido, hiperventilando, llorando. Dijo muchas cosas que me preocuparon muchísimo, tenía muchos pensamientos oscuros y quería hacer cosas que no le había oído decir antes», reconoce su mujer.

Hansen, de 37 años, y sus allegados atribuyen su caída mental a la enorme presión que sentía desde que dejó el París SG para volver a su país y encabezar al Aalborg en un proyecto con las expectativas muy altas. Muchos viajes, muchos compromisos y poco tiempo con su mujer y sus hijos hicieron mella en la resistencia de Mikkel, pero fue Stephanie quien le convenció de que debía parar esa vorágine.

«Me preocupó mucho, llamé a su agente y le dije que Mikkel debía coger la baja por enfermedad porque no se encontraba bien. Necesitaba volver y estar en casa. En algún momento la película tuvo que romperse, especialmente con la vida que teníamos, viajando tanto como él, sin tener nunca tiempo libre, sintiéndonos constantemente fuera de lugar y viviendo con la loca presión que él tenía. Creo que era inevitable», admite Gundelach.

El internacional danés agradece la intervención de su mujer para poner orden en el caos, pues esos meses de baja, siempre a su lado y divirtiéndose con sus hijos, le sirvieron para recuperar la ilusión por la vida. «Estoy muy feliz de que Stephanie tomase esa decisión porque no creo que yo la hubiese podido tomar. De no hacerlo, creo que habría acabado en algún sitio mucho peor», reconoce Hansen.

Mikkel, elegido tres años el mejor jugador del mundo (2011, 2015, 2018), lo ha ganado todo con Dinamarca, la Triple Corona, campeón olímpico 2016), tricampeón mundial (2019, 2021, 2023) y europeo (2012), entre otros éxitos. 

Sin embargo, Hansen se retiró sin ganar la Champions. Tuvo una última oportunidad en junio pasado cuando el Aalborg se plantó en la final de Colonia, pero el Barça, donde jugó dos años en el inicio de su carrera, evitó que ganase el mayor título de clubs.



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