Ya hace tiempo que el precio del cacao registra una imparable espiral alcista, pero está siendo ahora cuando ha empezado a notarse de manera notable en el bolsillo de los consumidores, coincidiendo con el brutal encarecimiento acumulado en el último año, por encima del 108%. Eso ha propiciado que en los lineales de las tiendas el chocolate sea en estos momentos un 22,5% más caro, una subida, en cualquier caso, amortiguada por los propios fabricantes, que aseguran que no les ha quedado otro remedio que repercutirlo en sus productos, aunque renunciando a márgenes de ganancias.
El cultivo del cacao está sufriendo una tormenta perfecta, que ha derivado en lo que ya se empieza a conocer como la crisis del chocolate. Y es que la producción mundial, concentrada en África, ha sufrido efectos desastrosos como consecuencia de fenómenos meteorológicos como ‘El Niño’, así como por enfermedades que se han cebado con los cultivos.
La consecuencia, tal y como se pudo leer recientemente a través del suplemento ‘activos’, es que la cosecha se ha desplomado. De tal manera que, según la Organización Internacional del Cacao (ICCO, por sus siglas en inglés), que integra a los principales exportadores e importadores, existe un déficit de oferta de 374.000 toneladas en la temporada 2023-2024, un 11% menos que la temporada anterior, lo que sitúa la producción en 4,4 millones de toneladas.
Por contra, se prevé que la demanda internacional aumente en casi el 5%, sin que las perspectivas tiendan a mejorar. Y es que la ONU calcula que el déficit de producción de cacao pueda situarse en torno a las 400.000 toneladas en la temporada que acaba de empezar, de octubre de 2024 a marzo de 2025.
Fruto de este desequilibrio, los precios del cacao en el mercado de futuros de Nueva York se han incrementado en el último año más de un 108%, hasta alcanzar una cifra récord de 12.126 dólares por tonelada el pasado mes de abril.
Pues bien, como no ha podido ser de otra forma, este brutal encarecimiento del cacao ya ha empezado a ponerse de manifiesto en las tiendas. Según los últimos datos recogido por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio del chocolate ha sufrido desde el inicio del año un incremento del 22,5%, lo que implica que los consumidores se están teniendo que rascar más el bolsillo. También el cacao y el chocolate en polvo han registrado una notable subida, en este caso situada en el 8,6%.
Para ilustrar el nivel del encarecimiento de estos productos, solo hay que compararlos con la evolución que han tenido el resto de artículos que se pueden encontrar en los comercios de alimentación. Los zumos de frutas y vegetales y las patatas también han registrado un aumento más que notable, concretamente del 9,6% y el 7,9% respectivamente. Pero, a partir de ahí, la siguiente subida más significativa es la que han registrado el café, con un 7%; las carnes de vacuno, con un 5,2%; la cerveza sin alcohol, con un 5,1%; las legumbres, con un 4,3%; y los vinos, con un 4,2%. Aparecen después los incrementos del 3,9% en las carnes de ovino y caprino; del 3,8% en las bebidas espirituosas y licores; del 3,1% en la sal, especias y hierbas culinarias, así como en el pescado congelado; del 3% en las frutas en conserva y el gua mineral; y del 2,8% en los productos de confitería.
Por tanto, el chocolate es el que más está tirando del IPC de todos los productos que componen la cesta de la compra, y eso a pesar de que los fabricantes han hecho todo lo posible por evitarlo. Así lo señala Neus Baños, directora comercial de Marcos Tonda, quien señala que, efectivamente, «los precios del cacao venían manteniendo una línea ascendente, pero lo que ha sucedido en el segundo y tercer trimestre de este año ha sido devastador. Una subida totalmente desorbitada».
Y añade: «Hemos pasado en los últimos tiempos de pagar cuatro euros por kilo de cacao, a alcanzar los 14 euros, lo cual es una auténtica barbaridad. Hablamos de un producto que cotiza en bolsa y que está ligado a las oscilaciones que se producen en este foro, así que cada día nos levantamos mirando cómo se comporta».
Con todo ello, explica Neus Baños, no han tendido «otro remedio» que «repercutir los productos estos aumentos, pero solo en una parte mínima, porque no queremos castigar a los consumidores. De hecho, hemos tenido que sacrificar mucho margen».
Estos incrementos, subraya, también han dificultado mucho la toma de decisiones, en el sentido de «no saber cuándo comprar para aminorar el impacto». «En cualquier caso, ahora parece que hemos podido estabilizarlo haciendo acopio del suficiente cacao. Vamos a ver qué es lo que pasa a futuro, porque el escenario es bastante incierto», argumenta.
En parecidos términos se expresa Pedro López, presidente ejecutivo de Chocolates Valor, quien destaca que es un problema que se viene arrastrando en los últimos tiempos y que ha generado una situación complicada. «No hemos tenido otro remedio que repercutir algo en los precios de nuestros productos, porque si no se nos comía», asegura.
Para el responsable de la empresa, con el tema del cacao «ha pasado algo parecido a lo que hemos vivido con el aceite de oliva, que también se encareció de manera notable».
En este último caso, aunque no demasiado, el precio ha descendido. Falta por ver lo que sucederá con el cacao. «Esperemos que se reduzca, aunque vamos a ver cómo evoluciona en los próximos meses», subraya López.
Turrón
También las empresas turroneras están haciendo frente al encarecimiento del cacao, teniendo en cuenta que uno de los turrones que tiene mayor éxito es el del chocolate. Además, elaboran otros dulces que también tienen este mismo componente. De hecho, algunas de las empresas ya se quejaron el año pasado del aumento de los precios, lo que tuvo una repercusión directa en sus balances económicos. El panorama para la actual campaña, visto lo visto, no ha tendido a mejorar, tampoco para las confiterías, que están notando igualmente el impacto de las subidas que está experimentando una materia prima imprescindible para este tipo de negocios.
El reto por parte del sector en estos momentos está puesto en conseguir que el consumo de los derivados del cacao no se convierta en un lujo para los consumidores. De momento están amortiguando el encarecimiento a base de renunciar a márgenes de ganancias, aunque todo dependerá en el futuro de la producción, la cotización en bolsa y, por supuesto, del comportamiento de los precios.
Suscríbete para seguir leyendo