Durmiendo con un desconocido

Todo se inicia con un comentario en las redes que, más por intuición que por certeza, ella asocia con él. No, no es posible, niega para sí misma, y expulsa la idea de la cabeza o, al menos, la destierra al rincón de los pensamientos oscuros, los remordimientos pegajosos o los temores sin mucho sentido. Pero los rumores empiezan a acecharla, también algunos silencios. ¡Fuera!, ordena a esa sospecha que se está enquistando en su cabeza. Pero no se va. Porque otro día se tropieza con el nombre de él señalado en twitter. o instagram. Una denuncia anónima. Son las redes, se dice ella, se repite, ¿se engaña? Será envidia. O resentimiento. Sí, será eso, se consuela, alguien que siembra cizaña.

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