Medio año después de promulgada la ley de amnistíasu aplicación no ha sido tan rápida y determinante como pretendían el Gobierno y sus socios parlamentarios. Su destino sigue en manos del Tribunal Constitucional ante el que tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Superior de Justicía de Cataluña (TSJC) acudieron con cuestiones de inconstitucionalidad. El previsible visto bueno de la corte de garantías supondrá la interposición de cuestiones prejudiciales ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), lo que lleva a prever un aún largo camino judicial.

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