La mayor parte de los gases de efecto invernadero en un puerto son generados por los buques y cruceros, cuyos motores auxiliares han de seguir en marcha una vez han atracado para dar servicio de climatización, electricidad, etc. Esos equipos, en un 99’9%, funcionan con combustible fósil como el gasoil marino. La solución para paliar estas emisiones es suministrarles energía con un sistema conocido como OPS (Onshore Power Supply), que en términos mundanos podríamos definir como el suministro eléctrico a través de unos enchufes y cables gigantescos.

Por hacerse una idea, todo el Puerto de València consume 12,6 megavatios hora, mientras que un solo crucero demanda nada menos que 16 megavatios para mantener sus servicios en marcha. No en vano se les considera pequeñas ciudades atracadas a los puertos y en València han llegado a coincidir hasta tres de estos megabuques.

La reducción de emisiones se completa con la electrificación de las apiladoras, el uso de hidrógeno y los combustibles sintéticos

Todo esto de la electrificación viene dado por una normativa europea que obliga a los puertos a que en el 2030 tengan la electrificación de los muelles. Así pues, tienen la obligación de tener electrificados 11 de los 15 muelles que València dispone según la tipología de buques que atracan. «De esos 11 muelles, en 2026 ya tendremos dos muelles electrificados y en 2027 tendremos cinco muelles ya con electrificación. Vamos con la directa puesta», frase altamente compartida en Valenciaport.

Respecto a la maquinaria portuaria

Se desarrollan actualmente tres líneas de actuación. Una es la electrificación de los llamados transtainer y starters, es decir, máquinas apiladoras. La segunda es un proyecto a nivel mundial que está convirtiendo al puerto de València en una referencia con el uso del hidrógeno en la maquinaria portuaria, la llamada hidrogenera. Y el tercero es más incipiente: se está empezando a trabajar con combustibles sintéticos.

Acciones en movilidad

En materia de movilidad, el salto cualitativo es el crecimiento del transporte ferroviario y la expansión de las líneas, con hasta cinco vías de movimiento de trenes. Recientemente se inauguró la primera autopista ferroviaria entre València y Madrid, un hito más en el transporte de mercancías desde Valenciaport.

En cuanto al transporte terrestre, la Autoridad Portuaria de Valencia explica que no cuenta con las competencias para limitar la entrada de vehículos contaminantes, pero sí puede incentivar su uso. Por ello, ha iniciado conversaciones con la Generalitat para generar iniciativas de bonificación o de colaboración. La APV también explica que quiere facilitar las instalaciones a todas aquellas compañías que apuesten por el uso de camiones eléctricos, facilitando la carga o el suministro eléctrico. Actualmente toda la flota propia de Valenciaport está electrificada.

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