Mañana se cumplirán dos meses desde que la DANA y sus riadas dejaran un gran agujero en el tejido económico valenciano. El golpe, en forma de destrozo en decenas de municipios, afectó a miles y miles de firmas, entre ellas más de 8.000 pequeños comercios que quedaron -en mayor o menor medida- anegados por el barro y, con sus equipos y maquinaria, echada a perder. 60 días después de ese momento, son pocos los que han podido volver a ponerse en marcha y, aquellos que lo han logrado, solo lo han podido hacerlo «a medias» al no haber podido «recomponer aún sus negocios».
Es lo que asegura a este diario el presidente de Confecomerç, Rafael Torres, que sitúa únicamente en «alrededor de un tercio» del total los locales comerciales que han vuelto a alzar su persiana tras la catástrofe que -asegura- sigue dejando una realidad «donde sus clientes y la localidad en general está dañada». «He ido a comercios en Paiporta donde están abiertos, pero sin luz», enfatiza el dirigente comercial, que recuerda también que en otros casos «han podido limpiar el barro, pero tienen las paredes aún húmedas y necesitan máquinas de secado para las que están haciendo sus presupuestos». Un horizonte, a fin de cuentas, que para la mayoría de esos negocios es todavía incierto.
Sin ayuda no hay reapertura
Y es que, explica Torres, «muchos si no reciben las ayudas del Consorcio no pueden abrir». Tras esta afirmación está una crítica por el «atasco» que se vive la empresa pública de seguros a la hora de aportar esos fondos compensatorios con los que volver a ponerse en marcha. «Se han pagado 300 millones de los 10.000 que hay», asegura el presidente de Confecomerç, que tilda de «burocracia insufrible» la situación que están viviendo muchos de estos pequeños empresarios. «Hay un nivel de desesperación muy alto», añade. Y es que, como ya avisó la pasada semana la organización y confirma de nuevo Torres, a día de hoy solo se han tramitado alrededor de 800 expedientes entre los más de 8.000 comercios damnificados, mientras que el «resto está paralizado, ese es el drama».
Y es que, en muchos casos, si no se recibe ese dinero -para compensar en muchos casos un contenido de los locales que está «infrafinanciado» en sus pólizas de seguro- el problema va a ser «muy grave». «O el Gobierno mete mano rápido o esto va a ser un drama, porque el 35 % no va a volver a abrir«, enfatiza Torres, que vuelve a incidir en la importancia de que se pongan en marcha medidas, desde que esos afectados reciban un «adelanto de las indemnizaciones con base en una declaración responsable» que sea posteriormente acreditada a simplificar gestiones como el peritaje. Sobre ello, Confecomerç ya apuntaba la semana pasada que «estos comercios son el sustento de miles de familias y contribuyen significativamente a la economía local» y «no pueden esperar más». «Algunos se endeudarán para tener negocio parecido al que tenía, pero muchos no lo harán», destaca ahora Torres.
Evolución de las aperturas
Mientras, eso sí, las listas en su web y en redes sociales que los distintos consistorios de los municipios afectados sacan diariamente con los negocios abiertos van creciendo poco a poco. En algunos como Benetússer, el último balance publicado ayer establecía poco más de una treintena de establecimientos ya reabiertos, desde alimentación a clínicas dentales pasando por autoescuelas. Una cifra similar se podía apreciar en otras localidades como Paiporta, mientras que en Catarroja ese volumen de negocios con la persiana de nuevo levantada ya roza el centenar. El lento retorno a una -nueva- normalidad dos meses después de la tragedia.