El gobierno sirio recién establecido afirma desear relaciones pacíficas con Israel y respetar los acuerdos previos, según declaraciones de su gobernador.
Nueva postura siria destaca intención de coexistencia pacífica
En una reciente entrevista concedida a la cadena estadounidense NPR, el gobernador de Damasco, Maher Marwan, manifestó que el nuevo gobierno de Siria tiene como objetivo establecer relaciones pacíficas con Israel. En palabras de Marwan, quien aparentemente habló en nombre del líder sirio Ahmed al-Sharaa, la guerra no se encuentra entre las prioridades del régimen: “No tenemos miedo de Israel y nuestro problema no es con Israel”, declaró.
El gobernador destacó que “existe un pueblo que quiere coexistencia. Quiere paz. No quiere disputas”. Además, subrayó que Siria no busca involucrarse en acciones que puedan poner en peligro la seguridad de Israel o de otros países. Afirmó: “Queremos la paz y no podemos oponernos a Israel ni a nadie”.
Por otro lado, reconoció que las reacciones iniciales de Israel tras la caída del expresidente Bashar al-Assad fueron comprensibles, calificándolas de “naturales”. Según él, Israel pudo haber sentido temor ante la inestabilidad generada, lo que llevó a acciones como bombardeos en territorio sirio.
Datos clave sobre la relación Siria-Israel en el nuevo contexto
- A principios de diciembre, Israel ejecutó una operación para destruir capacidades militares estratégicas de Siria.
- Se incluyeron ataques a sitios de armas químicas, misiles y defensas aéreas para prevenir su uso por fuerzas hostiles.
- Israel ocupó temporalmente una zona de amortiguación en los Altos del Golán bajo supervisión de la ONU.
- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, señaló que Israel busca “vínculos correctos” con el nuevo régimen sirio.
- Siria reafirmó su disposición a cumplir con el acuerdo de separación de fuerzas firmado en 1974.
Acciones de Israel y reacciones del nuevo régimen sirio
Tras la ofensiva de los rebeldes que derrocó al régimen de Bashar al-Assad, Israel llevó a cabo ataques que incluyeron objetivos estratégicos en Siria. Entre estos, se destruyeron instalaciones de armas químicas y objetivos de la fuerza aérea y la marina, con el objetivo de evitar que cayeran en manos de actores hostiles.
Además, Israel tomó el control temporal de una zona desmilitarizada en los Altos del Golán, lo cual generó críticas internacionales. Según el gobierno israelí, esta acción tuvo un carácter defensivo y buscaba garantizar la seguridad en la frontera.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que responderán con fuerza a cualquier acción del nuevo régimen que permita que Irán se restablezca en Siria o que fomente transferencias de armas a Hezbolá. Netanyahu también destacó: “Quien siga los pasos de Assad terminará como Assad”.
Por su parte, Ahmed al-Sharaa, líder de facto del nuevo régimen sirio, reiteró su compromiso con el acuerdo de 1974. Aseguró que permitirán el regreso de los monitores de la ONU y expresó su rechazo a que Siria sea utilizada como plataforma de ataque contra otros países, incluyendo Israel.
Historial de tensiones entre Siria e Israel desde 1948
La relación entre Siria e Israel se ha caracterizado históricamente por enfrentamientos. Desde que Israel declaró su independencia en 1948, ambos países han estado formalmente en estado de guerra. Siria fue uno de los estados árabes que atacaron al recién nacido Estado judío, y a pesar del acuerdo de armisticio firmado en 1949, no reconoció la existencia de Israel.
Los enfrentamientos se intensificaron durante la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel capturó los Altos del Golán, que luego fueron anexados. En 1973, Siria volvió a atacar durante la Guerra de Yom Kippur, pero fue rechazada tras avances iniciales. Esto derivó en la firma del acuerdo de separación de fuerzas de 1974, que estableció zonas desmilitarizadas en la frontera.
Ahora, la caída del régimen de Assad, tras más de cinco décadas en el poder, podría abrir una oportunidad para el reconocimiento mutuo entre ambos países. Sin embargo, el vacío de poder en Siria plantea el riesgo de un resurgimiento del terrorismo y un aumento del caos en la región.