El anuncio de un paquete de ayudas de casi cuarenta millones de euros para desarrollar planes de renaturalización urbana, especialmente en las localidades afectadas por la DANA, ha provocado otro choque entre Generalitat Valenciana y Gobierno. La Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, trata de impulsar medidas basadas en la naturaleza para crear «ciudades más resilientes y sostenibles». En definitiva, capaces de «enfrentar mejor los desafíos futuros», según el Miteco. Fuentes del ejecutivo valenciano, sin embargo, hacen hincapié en que la Comunitat Valenciana lo que necesita «son obras estructurales». «Siguen en la línea verde (el ministerio) y estas ayudas están lejos de lo que necesitamos», incidían ayer desde el Consell.
El departamento que ahora dirige la ministra Sara Aagesen explicaba en una nota que se trata de actuaciones que persiguen «la conexión de los ríos con sus llanuras de inundación, la restauración geomorfológica para mejorar su capacidad de flujo o el diseño de parques inundables para absorber y retener el agua de lluvia». Iniciativas, según el Miteco, «que pueden contribuir a reducir futuras vulnerabilidades».
La Generalitat, por contra, sostiene que lo que se requiere son estrategias «para resolver los problemas de ahora». «Siguen obstinados en las obras basadas en la naturaleza», subrayan en una crítica clara al Gobierno en la línea de los últimos desencuentros.
Aunque desde el ministerio se incide en que esta convocatoria tiene un carácter prioritario al tratarse de programas públicos destinados a mitigar los perjuicios causados por la dana, desde el Consell la opinión es bien distinta. «Son solo soluciones complementarias y las subvenciones de las que hablan se suelen activar periódicamente, no tienen nada que ver con la DANA», subrayan. Se cuenta con la cofinanciación por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), tal como se especificaba en el documento remitido ayer.
Entre las líneas de trabajo una de ellas está orientada a impulsar la generación y aplicación del conocimiento para la protección y la conservación de la naturaleza, la biodiversidad y las infraestructuras verdes, incluyendo áreas urbanas con un presupuesto de 5,9 millones de euros. La última convocatoria, dotada con 8 millones de euros, dará respuesta a dos necesidades demandadas por el tercer sector ambiental: apoyar proyectos aprobados por el programa LIFE de la Unión Europea en el ámbito de Naturaleza y Biodiversidad o Gobernanza e impulsar la transformación digital a través de la digitalización del conocimiento del patrimonio natural.
Otro tipo de inversiones
«Hablan de transformación digital pero no para monitorizar la naturaleza y las amenazas al patrimonio natural, y lo que necesitamos es tecnología para prevención de avenidas y sistemas como el SAT (Sistema de Alerta Temprana) y el SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica)», enfatizan. Desde la Conselleria de Medio Ambiente, que dirige Vicente Martínez Mus, se insiste en la urgencia de obras en los barrancos del Poyo y la Saleta que minimicen el riesgo de inundaciones, que deberían incluirse en el presupuesto del ministerio tal como remarcan. «No es que no estemos de acuerdo con las ayudas, es que necesitamos otro tipo de ayudas estructurales», reiteraban a Levante-EMV.