El presidente y el vicepresidente de la Fundación Foro Jovellanos publicaron en este diario una reflexión sobre las cercanías en Asturias que comparto plenamente. Una primera apreciación de esta realidad es la ausencia de inteligencia política cuya consecuencia inmediata es la debacle en la que se encuentra eso que ahora llaman movilidad; sin embargo, quienes han sido privados del intelecto y asumen altas responsabilidades en la gestión de la cosa pública son muy hábiles para engañarnos y lo hacen con actuaciones como el cambio de librea –color de los coches de viajeros ya sean motores o remolques– con la esperanza de que nos creamos que ya están aquí los trenes nuevos, cuando lo único que han hecho es una burda operación de cambio de imagen como aquellas a las que se sometió en tiempos la duquesa de Alba. El resultado es el que es, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Si todo ese dinero invertido en una nueva gama de color en las unidades 2600, 3800, 2700 y 29000 se hubiese destinado a infraestructuras y al material móvil igual comenzábamos a ver que algo estaba cambiando para bien.

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