El mensaje del Gobierno para combatir la imagen de que está sustentado por una mayoría parlamentaria frágil es claro: reivindicar que este año se han aprobado 25 leyes en el Congreso. «No me parece un rendimiento legislativo en absoluto insuficiente, sino, al contrario, bastante notable«, sentenció Pedro Sánchez la semana pasada tras la reunión del Consejo Europeo. Sin embargo, los datos muestran que el jefe del Ejecutivo ha firmado en 2024 su año menos productivo a nivel normativo.
Con una aritmética parlamentaria muy compleja, en la que el Ejecutivo necesita del voto de todos y cada uno de sus socios, PSOE y Sumar han logrado sacar adelante 25 iniciativas, entre leyes orgánicas, ordinarias, reales decretos y hasta una reforma de la Constitución. No obstante, este dato es el más bajo desde que Sánchez lleva al frente de la Moncloa. Solo en 2023 hubo un rendimiento tan reducido, con otras 25 leyes aprobadas, pero durante ese año el Congreso estuvo parado durante meses debido a la convocatoria de elecciones: desde junio hasta finales de noviembre.
El clima de polarización política y la complejidad para alcanzar consensos dentro del bloque de la investidura, sobre todo con Junts, explica el descenso de la producción legislativa. «Se pierden partidos, pero también se ganan otros», aseguró el propio Sánchez en su balance anual. En este sentido, los socialistas reivindican su labor negociadora, aunque todos sus socios critican que el Ejecutivo deja las conversaciones para última hora y lleva al límite la estrategia de las ‘lentejas’, o las comes o las dejas.
Siete años en Moncloa
Sánchez llegó a la Moncloa el 1 de junio de 2018. Aquel año, que estuvo dividido entre un gobierno del PP y otro del PSOE, el Congreso aprobó hasta 44 iniciativas, aunque la gran mayoría fueron reales decretos. El año siguiente, las Cortes Generales estuvieron inactivas la mayor parte del tiempo: en febrero se convocaron elecciones, que se celebraron a finales de abril, y en noviembre hubo una repetición electoral. Aun así, se dio el visto bueno a ocho leyes, entre orgánicas y ordinarias, y 18 reales decretos, 26 iniciativas en total.
2020, el año de la pandemia, puso todo patas arriba y disparó la aprobación de reales decretos por parte del Gobierno para hacer frente de manera urgente a la situación sanitaria, alcanzando los 39, una cifra nunca antes vista. Y, además, se impulsaron 14 leyes, las mismas que este 2024.
No obstante, los mejores años del Gobierno de Sánchez fueron 2022 y 2023. Pese a los roces con Unidas Podemos, que formaba parte de la coalición, la aritmética parlamentaria era mucho más sencilla. El Ejecutivo podía permitirse perder a alguno de sus socios en las votaciones y no estaba tan condicionado por los ultimátums de aliados como Junts o el PNV. En esos dos años, el Congreso llegó a aprobar más de 139 iniciativas legislativas, siendo 87 de ellas leyes ordinarias u orgánicas. 2023, debido al adelanto electoral anunciado por Sánchez tras el batacazo en los comicios autonómicos y locales dejó un año mucho más pobre.
De la Constitución al paquete fiscal
«La reciente reforma del artículo 49 de la Constitución, referido a las personas con discapacidad, es un buen ejemplo de lo que podemos lograr juntos», citó Felipe VI en su discurso navideño. Y es que 2024 comenzó con una modificación de la Carta Magna que se llevaba buscando durante años. Sin embargo, ese entusiasmo inicial se frenó con la tramitación de la amnistía. Los primeros seis meses del año toda la actividad legislativa estuvo en reposo a la espera que se aprobara la medida de gracia. Las formaciones independentistas no querían negociar nada más hasta entonces.
A partir de junio y con un balance legislativo escaso, el Ejecutivo pisó el acelerador con las normas menos polémicas y sacó adelante también alguna de las leyes más relevantes de este primer año de legislatura, como la Ley Orgánica de Paridad, la Ley para mejorar la calidad de vida de personas con ELA o la ley que permitió renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Sin embargo, el final del año ha traído consigo muestras de la delicada situación del Gobierno. En las últimas semanas, se han aprobado hasta tres leyes, pero en dos de ellas el PP, PNV y Junts se han apoyado mutuamente para introducir enmiendas que el Ejecutivo rechazaba. Con estos antecedentes, Sánchez empezará su octavo año en la Moncloa con intención de seguir buscando acuerdos. Uno de los primeros, insiste, debe ser la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025. Será solo una norma, pero clave para que continúe la legislatura.