La semana pasada, el equipo de ‘TardeAR‘ cometió un fallo en directo que, aunque fue subsanado en segundos, aún sigue trayendo cola. El programa, presentado ese día por Frank Blanco, estaba cebando una información de Juan Luis Galiacho sobre la primera amante del rey Juan Carlos.
Una mujer dedicada al mundo de la canción, muy conocida en los años de juventud del monarca, en las décadas de los 70 y 80. Tras varios minutos jugando, el espacio puso un imagen en la pantalla grande, que simulaba un puzzle, del que se desprende sería una pieza que revelaría la identidad de esta persona.
La gran sorpresa llegó cuando al desvelarse el misterio, se vio una fotografía de Sonia Priego, más conocida como La Húngara. La cosa no cuadraba, ni por edad ni por nada, a juzgar por el gesto del presentador, que solo tardó unos segundos en reaccionar. «Ha habido un error terrible. Vamos a aclarar esto. Necesito que esto se entienda en casa que puede parecer un vacile y no lo es», comenzó diciendo.
«La artista que reúne todos los requisitos y coincide con todas las pistas es La Polaca, saquemos a La Húngara de la ecuación. Le pedimos disculpas«, dijo cariacontecido. Acto seguido, se centraron en la auténtica protagonista de la historia.
La cuestión quedó ahí hasta hoy, cuando Frank Blanco tenia que conectar en directo con La Húngara, que promocionaba su participación en el próximo concierto de Isabel Pantoja, y aprovechaba el momento para volverle a pedir disculpas por el error cometido. «El viernes pasado te liamos por error con el rey Juan Carlos I, no me digas nada que ya bastante nos hemos flagelado nosotros«, le decía intentando quitarle hierro al error.
«Tenía muchas ganas de hablar con vosotros porque no os imagináis mi teléfono, estuvo toda la tarde echando chispas preguntándome por lo del rey, amigos que me decían que no lo sabían», comentaba la artista entre risas. «Te pedimos perdón. Si es que era inviable porque nosotros hablábamos de un encuentro en el año 76 y tú no habías ni nacido«, le dijo el presentador de Telecinco. «Claro, yo no estaba ni en el pensamiento de mi madre. Fue algo gracioso, quien tiene boca se equivoca», zanjó con simpatía.