Oviedo ya tiene presupuesto para 2025. La concejala de Economía, Leticia González, cumplió la promesa de llegar a la aprobación definitiva de las cuentas del año que viene antes del fin de este 2024 para que la ejecución de los dineros pueda arrancar el uno de enero. Lo hizo, además, con el refuerzo de los tres votos de IU, un total de 17 concejales a favor, 9 en contra (PSOE y Vox) y la abstención de Elena Figaredo. La edil del grupo mixto, recién salida del partido ultraconservador, evidenció la singularidad de este proyecto al modificar el sentido de su votación cuando, aprobadas ya las cuentas, se sometió al Pleno la propuesta de IU nacida de la negociación con el equipo de gobierno, avalada por 18 votos. Canteli sacó adelante su previsiones económicas para el año que viene apoyado en IU que, sin embargo, no introdujo en el presupuesto los acuerdos alcanzados con el PP, sino en una hoja de ruta extra. Se trata de una especie de «adenda» con la que el gobierno municipal se compromete a cumplir con cuestiones como la fiscalización de las contratas municipales, el diseño de un nuevo modelo en Festejos y Cultura y, en especial, una nueva política de vivienda para la que Oviedo cederá suelo suficiente para la construcción de 300 viviendas de alquiler asequible.
La entente entre derechas e izquierdas avivó, como era previsible, las tensiones con las izquierdas y derechas ausentes de este pacto, aunque el choque se hizo más visible entre el portavoz de los socialistas y jefe de la oposición, Carlos Fernández Llaneza, y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli. Su rifirrafe tuvo lugar cuando el primero se defendía de las acusaciones del PP de ser el «frente del no», y, en concreto, de haber estado «repartiendo pasquines» contra la reforma del Fontán. Llaneza ya venía avisando al regidor de que su amor por la ciudad estaba fuera de toda duda: «¿Usted cree que me alegro de que le vaya mal a Oviedo». Y como algún edil del PP dijera que sí, el líder de la oposición se ofendió: «no me levanto y me voy porque…». Pero el estallido de la tensión llegaría cuando afirmó que ningún concejal del PSOE repartió nada en el Fontán contra la reforma de la plaza. Canteli aseguró que era mentira y Llaneza soltó un «que no se verdad, coño». «Mientes, mientes y mientes», insistió el Alcalde, a lo que el del PSOE, que trata a Canteli desde los tiempos del Centro Asturiano, le regaló un «¡Alfredo, es que o se está contigo o se está contra ti, y ese es el problema que has tenido toda tu vida!». No fue a mayores. El Alcalde le dijo al jefe de la oposición que se mirara en el espejo y el otro respondió que no, que estaba muy feo últimamente.
El choque todavía tuvo sus ecos al final de la sesión, cuando Canteli quiso felicitar las fiestas a la oposición y dos concejales del PSOE, Jorge García Monsalve y Javier Ballina, amagaron con abandonar el salón. A regañadientes y con evidente disgusto, Llaneza mantuvo las formas y con su actitud forzó a regresar al asiento a los suyos. «Me gusta dialogar», protestó Canteli, «ya sé que no me queréis escuchar, pero me gustaría que volviera la normalidad a los 27 concejales, todos lo intentamos».
Mucho antes de esa promesa, en una sesión madrugadora (9 de la mañana), Leticia González había abierto el pleno de aprobación definitiva del presupuesto con un discurso entusiasta, alimentado, citó la propia edil, por las felicitaciones que están recibiendo estos días en las calles por ciudadanos ovetenses que regresan a casa por Navidad y les felicitan por el estado de Oviedo. «No paran de decirnos lo bien que lo está haciendo el Alcalde, más gente que nunca, más cosas que nunca, Oviedo está mejor que nunca». Es, resumió, la ciudad de las «oportunidades», más limpia, más segura, con más trabajo y población.
En los turnos de la oposición, la independiente Elena Figaredo fue práctica y rápida: Hay que dejar de ejecutar lo que son competencias autonómicas (educación), reducir la asignación a los grupos políticos y bonificar impuestos especiales como el de la basura y vigilar por qué disminuye en millón y medio, explicó el IAE, no vaya a ser que se esté perdiendo mediana empresa. También enumeró lo que está bien: incrementar el gasto en servicio público y que no se pierda dinero en políticas lingüísticas y memoria democrática. Sus excompañeras de Vox centraron su análisis en el pacto PP-IU, que resumieron como «el avance del plan comunista», «el veneno comunista», la antesala de «la revolución comunista» y así hasta llegar al resumen que hizo Sonsoles Peralta al decir (sic) que el gobierno de Canteli «ha pasado del ‘Oviedo está de moda’ al lema ‘tiempos de rojos, hambre y piojos’».
IU vio con perplejidad esas afirmaciones (Alejandro Suárez se remitió a sus lecturas juveniles del personaje de «Martínez el Facha» en «El Jueves») pero se centró el argumentar y explicar su acuerdo con el PP, extrapresupuestario pero votado al lado y vinculado a las cuentas. Fue Llamazarse el encargado principal de hacerlo, insistiendo en la necesidad de evitar la «política de la crispación» y alimemntando la «oposición util». Apoyar la Vega o la compra del Calatrava para impulsar la atracción de empresas son, ejemplificó, objetivos en los que la coalición puede estar de acuerdo por más que este no sea su presupuesto. ¿Qué puede aporta IU a las cuentas de 2025 del PP? Respuesta:«Nuestra autoridad, nuestra trayectoria y nuestra sensibilidad, una fuerza preocupada por mejorar las condiciones económicas de una parte de la sociedad ovetenses y por regenerar la imagen de la política, que no puede ser únicamente el ruido de las discrepancias sino también la música de los acuerdos».
Llaneza, en su repaso al presupuesto insistió en la «ineficacia» de la gestión del PP, en las ayudas europeas perdidas y en la subida de impuestos a los más desfavorecidos.«Es de derechas porque privilegia a los privilegiados», concluyó.
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