La memoria no tiene fecha de caducidad. Los buenos recuerdos permanecen imborrables durante años. Y esa agradable sensación al repasar el pasado tiene mucho que ver con las personas que se cruzan en nuestras vidas. Hace escasos días un grupo de exjugadores del equipo de fútbol del Ponte Ulla y del Camparrapado quisieron rendir un pequeño homenaje a quien fue su entrenador a principios de la década de los 80.

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