«Fraternidad entre territorios». Este ha sido el desiderátum del president de la Generalitat, Salvador Illa, en su discurso navideño. Una alocución que ha decidido mantener para Sant Esteve, tradición que instauró su predecesor en el cargo, Pere Aragonès, y que es la primera de un jefe de la Generalitat no independentista en más de una década. Cierto es que en toda su intervención no ha mencionado explícitamente la financiación singular porque la vocación del president ha sido huir de la disputa política y acompasarse con los mensajes clásicos de estas fiestas, pero la reivindicación de esa «fraternidad», palabra que menciona hasta ocho veces, no es casual. Se produce tras una década marcada por el ‘procés’ y a las puertas de la negociación de un nuevo modelo de reparto económico que amenaza con llevar a la greña a los presidentes autonómicos durante 2025.
«Cuando hemos compartido esperanzas, esfuerzos y optimismo hemos progresado más y a favor de todos. En definitiva, cuando hemos fortalecido la fraternidad que une personas y territorios«, ha asegurado el president, que ha pronunciado su discurso desde la galería Gótica del Palau de la Generalitat, íntegramente en catalán y solo acompañado por una senyera -como líder de la oposición sus mensajes eran bilingües y el año pasado tenía de fondo también la bandera española-. En los últimos tres años, Aragonès había optado por buscar escenarios más allá del de la plaza Sant Jaume tratando de realzar el valor simbólico de otros enclaves; pero Illa, empecinado en potenciar el sentido institucional del cargo, ha elegido el edificio oficial.
Diversidad sin división
Para el Govern, el modelo de financiación singular para Cataluña y solidario con el resto de autonomías pactada con ERC es la vía para poner fin al agravio económico y fortalecer el vínculo con el resto de España, elemento que cree clave para resolver el conflicto territorial en lugar del referéndum reclamado por el independentismo. «A veces se nos olvida, pero la fraternidad es el fundamento de cualquier sociedad, país o democracia», ha insistido en su discurso el president, en el que ha hecho hincapié en «reforzar lo que se comparte» desde la base de entender la diversidad como «una riqueza».
Illa ha dicho ser «muy consciente» de las dificultades a las que habrá que hacer frente en este nuevo año, pero ha pedido no dejarse «arrastrar» ni por los discursos que «pretenden dividir» ni por los discursos «cargados de odio y pesimismo», en referencia a la derecha y a la extrema derecha. Tanto ante los focos como fuera de ellos, el president preconiza que, por más rechazo que genere en estos momentos, la financiación singular saldrá adelante porque está pactada con el Gobierno de Pedro Sánchez y no va en detrimento de los recursos de otros territorios.
Estoy convencido de que el año 2025 será un año de nuevas esperanzas. Esperanzas que querríamos que se tradujeran -que hemos de procurar que se traduzcan- en una vida mejor para todos
«Estoy convencido de que el año 2025 será un año de nuevas esperanzas. Esperanzas que querríamos que se tradujeran -que hemos de procurar que se traduzcan- en una vida mejor para todos», ha afirmado tratando de inyectar optimismo y de dar continuidad a la «prosperidad compartida» que, a su juicio, supone el modelo de financiación que defiende y que contrapone al del Madrid de Isabel Díaz Ayuso.
«En el 2025, Cataluña tiene que estar al lado de la esperanza«, ha rematado. Hace un año, Aragonès sí que hizo mención explícita a la financiación singular -que entonces el PSC rechazaba-, además de pedirle a la oposición «responsabilidad» para aprobar unos presupuestos que acabaron fracasando y desembocando en las elecciones con las que Illa acabó siendo president. Nada ha dicho sobre las cuentas de 2025 el actual president, pendiente de sentarse a negociar con ERC, para no levantar ampollas entre sus socios prioritarios.
Con Valencia «hasta el final»
Junto a la proclama de la fraternidad, el jefe de la Generalitat ha hecho referencia también a la paz. Ha recordado los conflictos vigentes en Gaza, Siria y Ucrania y ha apelado al diálogo para su resolución. «Las cosas importantes son las que no lo parecen», ha afirmado el president parafraseando a Mercè Rodoreda en su último libro, ‘Quanta, quanta guerra…’. Una elección que tampoco es casual teniendo en cuenta que una de las últimas polémicas del año ha sido a cuenta de la asignatura de literatura catalana como modalidad en segundo de bachillerato, que el Govern se ha comprometido a mantener.
Pero la paz, ha querido añadir el president, es también «poder dormir en casa con tu gente y poder levantarte al día siguiente para ir a trabajar». Una acepción en la que ha querido tener un recuerdo tanto para las personas que sufren una soledad no deseada, como para los valencianos que están «luchando por recuperar la normalidad» tras la tragedia vivida por la DANA. «Cataluña estará con vosotros. Cataluña estará con Valencia hasta el final», ha sentenciado. Humanista cristiano practicante, Illa ha tratado de poner su sello personal en su primer discurso navideño como president recordando las «raíces cristianas» de nuestra sociedad y resumiendo que la paz y la fraternidad sobre los que ha sustentado su alegato son «los valores humanos más universales».