«Fraternidad entre territorios». Este ha sido el desiderátum del president de la Generalitat, Salvador Illa, en su discurso navideño. Una alocución que ha decidido mantener para Sant Esteve, tradición que instauró su predecesor en el cargo, Pere Aragonès, y que es la primera de un jefe de la Generalitat no independentista en más de una década. Cierto es que en toda su intervención no ha mencionado explícitamente la financiación singular porque la vocación del president ha sido huir de la disputa política y acompasarse con los mensajes clásicos de estas fiestas, pero la reivindicación de esa «fraternidad», palabra que menciona hasta ocho veces, no es casual. Se produce tras una década marcada por el ‘procés’ y a las puertas de la negociación de un nuevo modelo de reparto económico que amenaza con llevar a la greña a los presidentes autonómicos durante 2025.

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