Loreto Ordóñez Solís, ingeniera de minas (Oviedo, 1971) y presidenta ejecutiva para España del grupo energético francés Engie recoge hoy la distinción como «socia de honor» en el marco de la gala anual de Compromiso Asturias Siglo XXI, que tendrá lugar en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. «Es un reconocimiento super especial por lo que tiene de significado y de ilustres asturianos que me preceden. Es un incentivo para seguir trabajando por construir un futuro más próspero y sostenible para el Principado», afirma.
-¿Cómo podría ser Asturias aún más verde?
-Todos tenemos margen para ser más verdes: ciudadanos, empresas, administraciones… Hacer realidad un futuro más sostenible pasa por revisar procesos industriales, procesos productivos y hábitos, de manera que cuidemos más nuestra relación con el planeta. Se trata, por tanto, de atreverse a repensar, a reformular y a rediseñar a todos los niveles. En el caso concreto de Asturias, más electrificación lleva a menos emisiones y a un futuro más verde. A corto plazo, el reto está en disponer de más redes eléctricas.
-¿Estamos haciendo bien los deberes en transición energética?
-El Plan Nacional de Energía y Clima es una oportunidad única que tiene España para liderar la revolución industrial global de nuestro tiempo. Tenemos recursos, terreno, conocimiento tecnológico, industria, talento… En Engie tenemos claro que España es el país en el que hay que estar para hacer realidad la transición. En ambición política, en condiciones estructurales y en desarrollo de generación renovable lo estamos haciendo razonablemente bien. Es tiempo ahora de poner el foco en hacer crecer la demanda de energía (tanto de electrones verdes como de moléculas verdes) y en simplificar trámites administrativos, barreras regulatorias y fiscales para seguir en ese buen camino.
-En las últimas semanas varias empresas asentadas en la región han renunciado a sus planes de descarbonización, a pesar de contar con fondos europeos: ArcelorMittal, Central Lechera Asturiana, Industrias Lácteas Asturianas…
-Es muy aventurado valorar sin conocer el contexto específico de cada compañía. Los condicionantes globales de ArcelorMittal, por ejemplo, muy probablemente sean diferentes al de otras empresas. Considero que estas decisiones empresariales son señales de alerta en cuanto a la necesidad de mejorar el diseño de los fondos Next Generation. Son ayudas «ex post» que obligan a financiación previa masiva hasta mostrar la ejecución de los proyectos, a plazos súper exigentes y a requisitos administrativos muy complejos. Hay mucho margen para ganar dinamismo en la asignación y ejecución de estas ayudas, por ejemplo entregando fondos «ex ante».
-¿Cree que la Comisión Europea podría hacer más por la competitividad industrial frente a las importaciones chinas?
-Estamos en periodo de lanzamiento de la nueva Comisión Europea en el ciclo político 2025/2029. Los informes Draghi y Letta, que marcan la línea de acción política, han puesto como prioridad resolver ese problema de competitividad. Si la nueva Comisión pone el foco en aterrizar toda la regulación ya desarrollada en materia de descarbonización y transición, y lo hace rápido, Europa tiene una oportunidad. Liderar la transición a economías neutras en carbono es la respuesta de la UE a la estrategia china. En marzo se presentará el pacto industrial europeo, prioridad que ha marcado la presidenta Von der Layen para sus primeros cien días. Confío en que para entonces tengamos medidas concretas y esperanzadoras.
-PP, Junts y PNV acaban de tumbar el impuesto a las energéticas.
-El gran reto que tenemos para materializar la transición energética en España es aumentar la demanda de energía. Cuanto más se acerque el precio final de la energía a los costes de producción, más competitivo será y más consumidores se sumarán a ese necesario crecimiento de demanda. Liberar cargas fiscales es un buen camino no solo para consumidores, sino también para actores, puesto que permite a promotores y a industrias disponer de más capacidad de afrontar inversiones que permitan materializar el Plan Nacional de Energía y Clima.
-¿Qué objetivos se marca Engie en el futuro más inmediato?
-Engie en España es una historia de crecimiento. En 2018 apenas disponíamos de capacidad renovable, hoy tenemos casi 1.800 MW, esencialmente eólicos, pero también fotovoltaicos y minihidráulicos. Aspiramos a al menos doblar esa cifra en el horizonte 2030. Asimismo, queremos crecer en redes de calor y frío, en instalaciones para descarbonizar la industria, ya sean autoconsumos, termo solares o fotovoltaicos, calderas de biomasa…
-¿Cuáles cree que han sido las claves para haber llegado tan lejos (y tan alto) en un sector dominado por hombres?
-Además del trabajo individual y el esfuerzo colectivo de mis equipos y colaboradores, he tenido la suerte de contar con la confianza de un grupo como Engie. Mi empresa desde hace más de dos décadas ha hecho una apuesta muy clara y decidida por la diversidad. Engie prioriza, de manera natural, la promoción y el desarrollo femenino como palanca de crecimiento y atracción de futuro talento, algo que agradezco, apoyo y fomento en el día a día.
-¿Qué hace por Asturias desde el exterior?
-Participo en diversos foros que tienen impacto en la mejora diaria y continuada de la sociedad asturiana, como el Consejo Asesor de Políticas Universitarias de la Universidad de Oviedo. También pertenezco a diversos comités sectoriales, como Enerclub, CEOE o la embajada de Francia en España, por citar algunos, donde siempre miro con especial cariño al Principado.
-¿Ve una Asturias mejor o peor que la dejó tras su etapa de estudiante?
-Veo una Asturias más vibrante, más abierta, más optimista, mejor. Fíjese en la cantidad de turismo de todo tipo que atraemos durante todo el año, la proyección internacional que nos otorgan los Premios «Princesa de Asturias», lo cerca que comenzamos a tener Madrid gracias al AVE… Sin duda, veo una Asturias mejor y muy pujante que debemos cuidar y dinamizar cada uno desde sus responsabilidades.
-Usted estudió ingeniería de minas, un grado que ahora en la Universidad de Oviedo está en horas bajas. ¿Qué les diría a los estudiantes? ¿Qué mensaje inspirador lanzaría a las jóvenes?
-Les lanzo un mensaje de ánimo para que luchen por sus sueños y por sus metas. Y, si quieren protagonizar la revolución global del siglo XXI, la de transformar nuestra relación con el planeta, tienen todo en su mano para lanzarse a estudiar profesiones STEM (ciencia, física, tecnología, ingeniería y matemáticas). El éxito de la transición a una Europa neutra en carbono pasa necesariamente por ese tipo de perfiles, tanto universitarios como de Formación Profesional.
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