El año que termina arroja un balance frondoso en materia de álbumes que definen los tiempos y que deslizan pistas perdurables: bandas de pop y rock en mutación, cantautores en realidades paralelas, creadores que rompen reglas… Pasamos revista a los 10 mejores discos internacionales publicados en 2024 a juicio de los especialistas de este diario.
‘Hit me hard and soft’, de Billie Eilish
Pasada la novedad, este tercer álbum nos habla de una creadora con madera e instinto, presta a la tonada abracadabrante y la danza fantasmal en torno a cavilaciones sobre la fama y su circunstancia. Disco de claroscuros, sutil y turbador.
‘Chromakopia’, de Tyler the Creator
El cantante-rapero esculpe una catedral autobiográfica (con su madre como cómplice narradora) donde la pista abrasiva y el verbo airado conviven con un r’n’b apaciguado y sensual de ecos ochenteros. Disfrutable delirio en el ‘planeta Tyler’.
‘Romance’, de Fontaines DC
La musculosa banda de rock irlandesa, en su versión más agitadora y abierta: embestidas pospunk, perfiles melódicos pop y túneles emocionales con derivas ensoñadoras. Obra física y conmovedora, con papel destacado del productor James Ford.
‘Manning fireworks’, de MJ Lenderman
El disco se abre al modo trovador vaquero, pero el cancionero de este veinteañero de Carolina del Norte (guitarrista de Wednesday) va cobrando cuerpo manejando crudeza eléctrica y melancolía, formas despeinadas pero llenas de sentimiento.
‘Lives outgrown’, de Beth Gibbons
Con Portishead en el dique seco, su carismática cantante debuta en solitario con una obra más orgánica que tecnológica y de temática otoñal. Con sabor a madera, coros infantiles, vistas a Oriente y su voz salida del otro lado del espejo.
‘Wild God’, de Nick Cave & The Bad Seeds
Tras un espartano ciclo de discos, el australiano convierte el duelo por familiares y amigos en un canto a la vida frondoso y reparador, con sintonía góspel, poéticos arreglos orquestales y sus mejores canciones en dos (o tres) décadas.
‘A dream is all we know’, de The Lemon Twigs
Solo un año después del loado ‘Everything harmony’, los D’Addario abanderan otro cancionero elevador del espíritu. Perlas que invocan el pop de una era dorada (1966-73), de Liverpool a California, con su autoproclamado sello ‘mersey beach’.
‘Brat’, de Charli XCX
Superpop explorador y hedonista, portador del ‘zeitgeist’, que invita a bailar, si no llorando, preso de la confusión. En su línea ascendiente, después de cinco álbumes, la británica rompe moldes en sacudidas como ‘Everything is romantic’.
‘Here in the pitch’, de Jessica Pratt
Aunque su música parta de la guitarra acústica, esta californiana salta del folk al pop en un cancionero evocador, con resonancias ‘sixties’ y finos contornos melódicos. Delicias una detrás de otra, bien delineadas por su voz dulce y pulcra.
‘Only God was above us’, de Vampire Weekend
Desde su debut en 2008, el grupo neoyorquino no hace más que creer y retorcer su noción del pop, atento al giro melódico con ángel y a la cacofonía, al arreglo orquestal y a la reverberación ruidosa. Un álbum lleno de rincones por explorar, adorablemente desquiciado.
Las listas de los mejores discos del año han sido elaboradas con las votaciones de Jordi Bianciotto, Quim Casas, Patri Di Filippo, Ignasi Fortuny, Juan Manuel Freire, David Morán y Rafael Tapounet