La tos es la causa más común en las consultas de pediatría. Un síntoma que genera mucha angustia en los padres, y que lleva a un consumo excesivo de jarabes que son ineficaces y exploraciones complementarias innecesarias.
Lo primero que hay que saber es diferenciar entre dos tipos:
- Tos crónica, que es aquella que dura más de cuatro semanas
- Tos recidivante, en la que el niño tiene periodos asintomáticos entre varios episodios de tos. Suele darse más por reinfecciones víricas, porque regresan al ‘cole’ y se vuelven a infectar.
¿Cuántos catarros puede llegar a tener un niño sano?
Pese a lo que podamos creer, un niño sano puede llegar a tener entre siete y diez catarros al año.
Así nos lo explica la doctora Gemma Morera, pediatra especialista en neumología y alergia infantil. Hablamos de catarros, infecciones víricas, en las vías altas… “Y en cualquiera de estos casos la tos puede durar hasta tres semanas”.
Eso quiere decir que pueden estar mucho tiempo con tos al año.
Lo importante, recalca la doctora, es que esos periodos nunca superen las tres semanas. Y si lo hacen, ya consideramos que se trata de una tos crónica que hay que estudiar.
- “Lo que debemos hacer los pediatras es tranquilizar, porque la mayoría de las toses son cuadros infecciosos banales”.
¿Es un catarro?
La tos no siempre está relacionada con enfermedades respiratorias.
La mayoría de las veces es un mecanismo de defensa para expulsar el moco debido a una infección vírica. Las enfermedades respiratorias se dan en pocos casos. El 70 u 80% de las toses tienen que ver con esas infecciones víricas recurrentes que comentaba. También puede haber una malformación pulmonar o cardíaca, pero en casos mucho menos frecuentes.
¿Qué causa la tos?
Las causas dependen también de la edad.
La tos en un lactante:
Lo más habitual es que “la tenga por una tosferina porque aún no haya dado tiempo a vacunar”. También puede ser por:
- Un reflujo gastroesofágico
- Un asma del lactante (ya menos frecuente)
- O malformaciones como la fibrosis quística.
En la etapa preescolar, con menos de tres años:
Es frecuente la bronquitis bacteriana persistente (en torno a un 40%); una infección que no se ha acabado de curar. “Lo característico en estos casos es tener toses productivas (con moco) de larga duración”.
Luego están las casuísticas de goteo nasal posterior, cuando el moco cae por la cavidad orofaríngea; o también por presencia de algún cuerpo extraño, un atragantamiento.
En la etapa escolar y en la adolescencia.
Tenemos como causas más frecuentes de la tos:
- Un asma
- Factores ambientales como el tabaco, ya sea pasivo o activo
- Las bronquiectasias, que son toses residuales por una infección mal curada
- La tos psicógena, caracterizada porque desaparece durante el sueño.
¿Por qué la tos de mi hijo a veces suena mal?
Ya solo con oír cómo suena una tos podemos saber si debemos preocuparnos o no.
- “La tos productiva no suele preocuparnos mucho de entrada porque es una tos buena, se nota que está moviendo moco. Y si además no evita el sueño del niño, no tiene fiebre, come y está contento y activo, esa tos no es causa de preocupación”, indica la pediatra.
- “La tos seca: es la que suena mal y es frecuente que no nos deje dormir ni comer de lo seguida e intensa que es. O esa tos estridente, persistente y seca, que aturde, y que tiene que ver con una inflamación de la vía aérea alta -la laringe- o con un asma”.
¿Cuándo debo consultar con un pediatra?
Siempre hay que consultar con un especialista cuando:
- La tos persista durante más de tres semanas.
- Esté acompañada de más de tres días de fiebre.
- Que curse con malestar general.
- Cuando sea de predominio nocturno o dificulte la vida diaria en extraescolares como el deporte “porque acaban tosiendo y no pueden seguir practicándolo”.
- O cuando el niño es muy pequeño y la tos le impide comer o dormir.
¿Cuál es el tratamiento para la tos recurrente?
El tratamiento depende del tipo de tos y de la causa que la esté provocando.
Los antitusivos no deberían administrarse más que en casos de tos seca irritativa sin una causa específica.
¿Y esto por qué?
La especialista aclara que este tipo de medicamentos “lo que hacen es frenar el acto reflejo de la tos y al cortarlo puede parecer que hay una mejora, pero realmente no estamos tratando la causa, lo que puede empeorar la enfermedad que está detrás de esa tos”.
Por lo tanto, “nunca es conveniente cortar la tos, a no ser que nuestro especialista nos diga que es una tos irritativa por inflamación del cuello y sin ninguna otra función”.
El resto de tratamientos dependerán de la causa del moco.
- “Si se tose por moco en el pulmón, habría que prescribir un expectorante, y cuando se expulse todo ese moco, la tos parará.
- Si la tos es fruto de un asma, de un bronco espasmo, habrá que recetar broncodilatadores”, hace hincapié la doctora Morera.
Si es porque hay una infección, se receta antibióticos.
Si lo que hay es un reflujo gastroesofágico, habrá que tratar el reflujo.
Y si es una tos alérgica, habrá que tomar un antihistamínico o tratar la alergia.
¿Qué hacer si la tos no deja dormir?
La tos persistente durante la noche es uno de los factores por los que acudir al pediatra. No obstante, de entrada, esta tos irá seguida de un goteo nasal posterior.
“Al caer el moco por la orofaringe estimula el acto reflejo de la tos, precisamente, como mecanismo de defensa, para que no se nos vaya para abajo, y ante esta situación no hay que hacer nada, siempre que sean tres o cuatro episodios de noche”.
- “Si, por el contrario, dura mucho o despierta al niño a menudo, como cada media hora, deberíamos consultarlo porque seguramente habrá otras causas”.
Si es de pocos días de duración, la pediatra nos da esta sencilla receta: incorporar la cabeza unos 45 grados puede ayudar a que el goteo nasal posterior no ocurra.
También es importante que beba para así mantener la orofaringe hidratada. Y el agua es el mejor mucolítico.
Hay que realizar lavados nasales con suero, de cara a evitar ese goteo posterior del moco hacia la faringe. Si es un simple catarro, la tos acabará remitiendo con estas medidas. Si no lo hace, es cuando tendremos que consultar a un pediatra.