A la pérdida de primeros espadas del Gobierno por sus salidas para asumir responsabilidades internacionales, como las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera, se suma una segunda fase de descapitalización en forma de desdoblamientos. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, está apostando por el Consejo de Ministros como lanzadera de candidatos en las próximas elecciones.
La primera en dar este paso fue la ministra de Ciencia, Diana Morant, que asumió el pasado mes de marzo las riendas del PSPV. Más recientemente fue el ministro de Transformación Digital, Óscar López, quien sustituyó a Juan Lobato al frente del PSOE de Madrid y la última en anunciar su intención de presentarse a las primarias para liderar el partido en Aragón ha sido la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, pretende por su parte reeditarse como secretario general de los socialistas canarios. En la anterior legislatura fueron Reyes Maroto y Carolina Darias quienes saltaron del Consejo Ministros a liderar las candidaturas municipales en Madrid y Las Palmas de Gran Canarias, respectivamente.
En Andalucía todas las miradas se dirigen a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, cuya decisión de relevar a Juan Espadas depende de que sea Pedro Sánchez quien se lo pida. El jefe del Ejecutivo ha evitado dar pistas en público y en la comparecencia de balance de año se limitó a explicar que «serán los militantes del partido socialistas en Andalucía quienes decidan su futuro«. Su salida, aunque pudiese seguir compaginando su papel como negociadora con los socios de investidura, no solo acabaría de descapitalizar las tres vicepresidencias socialistas desde el inicio de la legislatura, sino que dejaría sin sucesor a Pedro Sánchez.
Montero, como número dos del partido y del Gobierno, ya se visibilizó como sucesora natural cuando el jefe del Ejecutivo se retiró durante cinco días a meditar sobre su continuidad. La vicepresidenta primera es junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles, el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el de Agricultura, Luis Planas, los únicos que mantienen al lado de Sánchez desde que llegó a Moncloa tras la moción de censura en junio de 2018.
Además de Montero, algunas voces en el partido siempre han señalado como una suerte de ‘tapada’ para una hipotética sucesión a Pilar Alegría. De hecho, su nombre ya se alentó como posible secretaria de Organización en caso de una remodelación amplia de la ejecutiva en el pasado congreso federal de Sevilla. Con su decisión de dar la batalla en Aragón para sustituir al barón díscolo Javier Lambán, se cierra definitivamente esta puerta.
El presidente del Gobierno, sin embargo, quiere mantenerla no solo como ministra, sino también como portavoz. Fuentes del Ejecutivo consideraban que ante la evidencia de estar llamada a liderar el partido en Aragón, se la sustituiría de la portavocía coincidiendo con la remodelación del Gobierno por la marcha de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. Finalmente, el jefe del Ejecutivo decidió ceñirse a un cambio de pieza por pieza, ocupando su puesto la que era secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen. La intención, al menos por el momento, es que Alegría siga asumiendo sus responsabilidades en la portavocía.
La lanzadera del Gobierno con ministros candidatos ya se está utilizando no solo para aprovechar la visibilidad del cargo, sino para amplificar mensajes desde el Consejo de Ministros. La ofensiva contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha dejado notar de forma recurrente en las comparecencias. El titular de Política Territorial, con la carpeta de la inmigración canaria, es otro de los ministros que consiguen estar en la agenda de la política de su territorio a la espera de las próximas elecciones.
La retirada de Redondo y el tándem valenciano
La continuidad de Torres se da por hecha, al no haber alternativa y no estar cuestionado tras haber ganado las elecciones, pero no sumar frente a la coalición de PP y Coalición Canaria. Como también ocurre, en Baleares con la presidenta del Congreso, Francina Armengol. En este último caso, con el añadido del temor a que un paso al lado de Armengol abra una inestabilidad innecesaria cuando, precisamente, lo que se intenta trasladar es que el ejecutivo de la popular Marga Prohens está marcado por la inestabilidad.
En la Comunidad Valenciana, la principal novedad es el empuje por el tándem de Morant con la delegada del Gobierno y cara visible del Ejecutivo central en la gestión de la DANA, Pilar Bernabé. Esta última fue aupada en el congreso federal como nueva secretaria de Igualdad, a la sazón número cuatro de la ejecutiva.
Quien no estará en estas batallas internas será la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Con su nombre se especuló para enfrentarse al secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, pero finalmente la apuesta de los críticos para renovar a la federación y enfrentarse contra Alfonso Fernández Mañueco, es el alcalde de Soria, Carlos Martínez. Sánchez renunció a promover su candidatura alternativa tras relevarla de la ejecutiva por Bernabé.