El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha instado a los fieles a hacer del corazón una «casa de hospitalidad» en su mensaje de Navidad, donde el también arzobispo de Valladolid ha dirigido unas palabras cargadas de esperanza y solidaridad a toda la ciudadanía, especialmente a aquellos que atraviesan por dificultades.
Argüello ha recordado que el mensaje central de la Navidad es la presencia de Dios en nuestras vidas, incluso en los momentos más oscuros, y destaca que la llegada del nacimiento de Jesús es una invitación para reconocer la cercanía divina en las experiencias cotidianas. «Dios acompaña, Dios está en lo más profundo de nuestros corazones y además viene a visitarnos desde fuera, también naciendo entre unos agujeros de las peñas que hacen de establo”, ha expresado.
Solidaridad con los más vulnerables
En su mensaje, el presidente del episcopado español ha dirigido palabras de aliento a quienes se sienten alejados del espíritu navideño, bien sea por soledad, ausencia de seres queridos, o dificultades económicas. «Es bueno caer en la cuenta de que el niño que nace se llama Jesús, el Salvador, y quiere extender su salvación pidiendo que los que formamos parte de la Iglesia colaboremos con él en la encarnación de la salvación que él nos trae», ha puntualizado Argüello.
El arzobispo de Valladolid ha recordado que muchas personas en España enfrentan problemas graves, desde la falta de vivienda hasta la búsqueda de trabajo, y extendió un mensaje especial a los migrantes que han llegado con sueños de una vida mejor, pero encuentran «extraordinarias dificultades». Frente a estas realidades, Argüello instó a los fieles a ser «casa de hospitalidad» para los demás.
Y es que haciendo alusión a las palabras del Papa Francisco, Luis Argüello ha explicado que el Niño Jesús nos invita a ser hospitalarios con los demás desde nuestras propias limitaciones. “Ofrezcamos como casa de hospitalidad incluso aquello que parece que nos duele, que nos hace daño, que no merece la pena enseñárselo a nadie. Precisamente el niño que viene quiere acoger, que le acojamos, mejor dicho, en nuestras casas, en la casa de nuestro corazón, siendo una casa de hospitalidad desde los rasgos concretos de nuestra vida”.
Un llamado a la acción
El presidente de la Conferencia Episcopal Española también ha hecho un llamado a apoyar a los más necesitados, desde madres en situaciones difíciles hasta personas sin hogar o migrantes. «El niño nos propone que seamos casa hospitalaria para los demás. Él es casa de hospitalidad para nosotros, y nos pide preparar nuestro corazón para acogerlo a él y a los hermanos».
También Argüello ha alentado a las familias a vivir una alegría que trascienda las dificultades externas. «Vivamos una alegría compatible con las lágrimas y el dolor, porque él viene a darnos una alegría íntima, capaz de iluminar las tinieblas de nuestras vidas», ha concluido.