El turrón es uno de esos alimentos que no falta en la mesa en días señalados en Navidad como Nochebuena, Nochevieja o el día de Reyes… ¿a quién no le gusta un turrón blando o uno almendrado? Todo un clásico que, como todo en la alimentación, tiene sus riesgos si nos excedemos comiéndolo.
Por ello, desde ‘Guías de Salud’ vamos a dar algunos consejos para saber cuánto podemos ingerir sin que nos afecte al organismo con efectos secundarios como esos típicos «kilitos» de más después de estas fiestas.
Composición del turrón estándar
La mayoría de ellos, al igual que gran parte de los dulces navideños, están compuestos por un alto contenido en azúcar, que va desde un 20-30 hasta incluso un 90% de azúcares añadidos, grasas de baja calidad como aceites refinados de girasol y/o harinas refinadas.
Son ingredientes que «no resultan saludables y, si se consumen en exceso o se utilizan en lugar de alimentos nutritivos, pueden provocar diversos problemas en el organismo», señala Andrea Calderón, directora del Máster Oficial de Nutrición, Metabolismo y Composición Corporal de la Universidad Europea.
Posibles consecuencias de un exceso en la ingesta de turrones
En primer lugar, la experta aclara que consumir en exceso un alimento específico durante un periodo corto de tiempo no provocará un daño significativo por sí solo, ya que es el balance general de la dieta lo que impacta en la salud. Además, insiste en que no se debe «demonizar» ningún alimento en particular.
Sin embargo, advierte que, en el caso de un exceso de turrones:
- «Podría generar un superávit calórico que, si no se compensa con ejercicio, puede favorecer el aumento de peso.
- También puede provocar una sensación constante de hinchazón y malestar digestivo.
- Además, aumenta el riesgo de desequilibrios metabólicos, como hipertensión o colesterol elevado», explica.
Todos estos riesgos no serán por comer más turrón durante dos semanas, pero sí será un granito de arena para contribuir a ello
Los turrones, principalmente, se dividen en los duros y los blandos, aunque estos no afectan de diferente forma a la salud, ya que «su composición nutricional suele ser similar«.
La cantidad «adecuada» para comer y otras opciones más saludables
La clave con este tipo de alimentos es tomar conciencia de que deben consumirse con moderación, ya que, si se incorporan de manera habitual a la dieta, casi ningún de ellos resulta saludable a largo plazo.
Aunque dentro de ello sí que hay turrones que son más saludables o al menos no tan perjudiciales: «hay algunos que tienen menos azúcares añadidos, ya que no tienen edulcorantes y otros que en vez de harinas refinadas tienen cacao puro, que es preferible… aunque la mayoría son parecidos», matiza Calderón.
Estrategias para controlar la ansiedad por los dulces en Navidad
La experta piensa que las personas que tengan este tipo de «descontrol» por comer turrones se trata de algo más a nivel psicológico, pero aconseja:
- Intentar mantener el ritmo de comidas habitual excepto en los días señalados
- Hacer ejercicio físico
- Hacer comidas con mucha fruta, verdura, hortaliza, alimentos ricos en fibra…
- Estar bien hidratados
En cualquier caso, la cantidad recomendada por la experta para comer turrón en Navidad es una porción de entre 20 o 30 gramos y, en cualquier caso, no todos los días. Además, propone una alternativa divertida y saludable: preparar dulces caseros utilizando ingredientes más beneficiosos para el organismo, como bizcochos elaborados con harina integral, bajos en azúcar y con grasas de calidad, o incorporar frutas desecadas como los dátiles.