Doce casos sin resolver, o lo que es lo mismo, doce nombres de doce personas de las que no se sabe nada. Todas desaparecieron en algún momento de este año. Un número entre los cientos de personas que han desaparecido durante 2024 y los miles que aún tienen denuncias activas en nuestro país.
Todos ellos tienen una familia detrás que convive cada día con la incertidumbre. Sufriendo sus ausencias. Ahora ven como se acaba el año y no pueden pasar esta Navidad junto a ellos.
Más hombres que mujeres
Según el informe anual que publica el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), el número total de personas desaparecidas en 2023 fue de 15.126. Se localizó a la gran mayoría, un 95,4 por ciento. Ese 4,6 por ciento restante encierra historias llenas de drama y dolor.
Las estadísticas no distinguen edades ni sexos. Tampoco hay diferencias entre mayores y menores de edad, casi a un 50 por ciento. La mayoría de casos son de hombres desaparecidos (61,5%), frente al resto, mujeres.
Ni la clase social, ni siquiera la raza o la nacionalidad son determinantes. La mayoría de los desaparecidos son españoles (un 66,3 por ciento). Entre las nacionalidades extranjeras destaca Marruecos, con un 11,3% de los casos. A nivel provincial, Madrid, Barcelona y Las Palmas se situaban como las provincias con un mayor número de casos registrados en 2023.
Mientras los datos siguen contabilizándose, las familias de los desaparecidos buscan y esperan. Solo tienen un deseo: volver a abrazar a sus seres queridos. En muchos casos, se conforman con conocer su paradero. Estas son doce de las historias sin resolver, ordenadas cronológicamente:
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María Ángeles Millara
Tiene 54 años. Está desaparecida desde la tarde del domingo 14 de enero. Le dijo a su padre que salía a dar un paseo por el parque municipal de O Carballiño, a las orillas del río Arenteiro, en Ourense. Cuando salió de casa portaba un paraguas, que apareció muy cerca del río. No llevaba teléfono móvil.
Tras una semana de búsqueda, un operativo formado por buzos especialistas GEAS de la Guardia Civil, así como el Seprona y una unidad de drones se afanaron en rastrear la zona, sin éxito.
Ana Henao
La empresaria Ana Henao, de 40 años, fue atacada en su piso de Madrid, el pasado 2 de febrero. Sigue desaparecida. Todo apunta a que su marido, David Knezevich, encarcelado en Estados Unidos, la secuestró y la asesinó en su domicilio, después de que ella decidiera separarse de él.
La Policía Nacional descubrió que el hombre había viajado desde Serbia a España para atacar a su pareja. La fiscalía de Florida (Estados Unidos) lo juzgará por ello, tal y como ha informado este canal de investigación y sucesos.
Francisco Pérez
A sus 87 años, Francisco, un carpintero jubilado que fue concejal de Maracena, gozaba de buena salud y acudía a bailar cada sábado con sus amigos a un hotel de Almuñécar (Granada), donde vivía.
El sábado 23 de marzo, Paco tenía previsto reunirse con una amiga, pero un día antes, sin que nada hiciera presagiarlo, desapareció. La última referencia que se tiene de él es en un paseo marítimo lleno de gente que, como él, caminaban aquella tarde disfrutando del Viernes Santo. Su familia tiene claro que su desaparición no fue voluntaria.
Katherine de Sousa
La llaman Katy y tiene 34 años. Salió de casa, en Valencia, y el día 26 de abril fue vista por última vez en la estación de autobuses de Barcelona. Su madre recibió un último e impactante mensaje suyo por WhatsApp: «Me tienen secuestrada, me van a matar mamá».
Los últimos datos apuntan a que la joven había realizado movimientos bancarios en París, Francia. Es probable que Katy no estuviera en plenas facultades. Diagnosticada desde hace años, padece una enfermedad mental. Su madre la sigue esperando.
Alejandro Navarro
5 de mayo. Álex, de 25 años, sale de su casa en Ronda (Málaga). No se sabe hora, se desconoce la ruta, dónde va, con quién queda. Aquel día el joven sale sin teléfono, sin dinero, sin documentación ni tarjetas.
De complexión atlética, entre 1,65 y 1,70 m de estatura, ojos verdes, pelo negro. Vivía en un piso con parientes cercanos. Siempre estaba tocando la flauta. La principal hipótesis era una marcha voluntaria. Con el paso de los meses, ya no está tan claro.
Youssef, Adam y Aisha
Tres niños españoles de 5, 6 y 8 años están en paradero desconocido, probablemente en algún lugar de Marruecos. Son Youssef, Adam y Aisha, que fueron vistos por última vez por su madre, Eider, el pasado 17 de junio en una localidad al noreste del país africano , donde los niños estaban retenidos por la familia paterna.
La sustracción de menores es la principal acusación de la madre, que aún no sabe si sus hijos están bien. No ha podido hablar con ellos. Su padre, de origen marroquí y con antecedentes policiales por robos y malos tratos, se niega a devolverlos. La justicia aún no se ha pronunciado al respecto.
Edwin Ayala
Adriana tiene cinco meses de vida, los mismos que su padre lleva desaparecido. El día que la niña nació (17 de junio), el rastro de Edwin, un jornalero de 30 años que trabajaba en el campo en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real), se perdió en extrañas circunstancias.
Su mujer piensa que algo le ha pasado, que no pudo desaparecer sin más. Ambos vinieron de Honduras, su país de origen, a buscar un futuro mejor. Huían de las bandas juveniles que entorpecían su vida. Su familia sigue sin ninguna pista.
Óscar Morón
La familia de Óscar, de 49 años, no entiende qué ha podido pasar para que el hombre, que vivía en Cunit (Tarragona), desapareciera. Pero mucho menos se explican que lo hiciera justo el día (15 de julio) en que iba a cobrar su parte de una herencia familiar, tras la muerte de su abuela.
Aseguran que estaba pasando un mal momento, a nivel emocional y también económico. Dicen que, antes de desaparecer, conoció a una mujer a través de una página de citas y esta le pidió dinero. Su familia teme que le hayan hecho algo.
José Antonio Mateo
José Antonio, de 56 años, es natural de Santa María del Águila (Almería). Senderista experimentado, desapareció el pasado 18 de agosto, cuando salió a caminar al monte y no regresó. Iba sin móvil.
Ese domingo, cogió su coche a primera hora de la mañana y lo aparcó en un paraje próximo al pueblo donde vivía. Lo han buscado por una zona abrupta y de difícil acceso. Su familia está segura de que ha tenido un accidente.
Agostina Rubini
Agostina, argentina de 24 años, fue vista por última vez el día 2 de octubre, en Palma de Mallorca. Las últimas informaciones apuntan a que la joven salió con unos amigos a un bar después de asistir a clase. No se ha vuelto a saber nada de ella.
La principal hipótesis policial es que la mujer quedó atrapada en un contenedor de basura y falleció en el camión de recogida que lo vació. Su búsqueda pasa por el análisis forense de más de medio millar de restos óseos. Aún sin resultado.