El fenónemo de la despoblación tiene múltiples variables y diferentes perspectivas para abordarlo. Muchas veces, los municipios del Aragón vaciado tienen que tirar de ingenio y aprovechar las nuevas herramientas que facilitan las nuevas tecnologías, aunque siempre deben ser capaces de conjugar esta oportunidad con las singularidades de su población, a menudo envejecida. Con este espíritu nació a mediados de este año la iniciativa RedOnsella, una suerte de Amazon rural que, literalmente, facilita la vida a las 300 personas de la val d’Onsella, en las altas Cinco Villas.
El alcalde de Urriés, Armando Soria, explica que este proyecto nació de la «necesidad» acuciante de dotar de servicios a una serie de municipios que, en invierno, apenas tienen habitantes. «Nuestra referencia habitual es Sangüesa, en Navarra, pero con el confinamiento se prohibió pasar de provincia y, en algunos casos, había que ir hasta Ejea de los Caballeros, a 70 kilómetros», cuenta el regidor de este pequeño municipio, que es la base sobre la que se sustenta la red. «Presentamos la memoria en el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) con la idea de lograr una subvención de 200.000 euros», prosigue, aunque finalmente la ayuda se quedó en 10.000 para los dos primeros años, a los que el Ayuntamiento de Urriés sumó otros 1.000.
Ahora, ya en marcha, Red Onsella cuenta con una tienda física, en Urriés, que vende entre semana. Los viernes, el distribuidor, Juan Campos, se desplaza hasta Jaca con todos los pedidos que los vecinos de la val d’Onsella le han hecho, tanto por internet como por teléfono. «Al final, se trata de ayudar, especialmente a la gente mayor. Si tienen dificultades, les ayudamos con los pedidos», afirma Campos, natural de otro de los pueblos involucrados, Longás, junto a Isuerre, Lobera, Undués de Lerda y el propio Urriés. En el camino han quedado, por el momento, Bagüés y Los Pintanos, aunque la intención es que puedan reengancharse.
«No hacemos esto por dinero. El espíritu es que, aunque haya un solo habitante que precise de este servicio, lo tenga. Nos propusimos que la iniciativa tenía que salir adelante como fuera», dice por su parte Armando Soria, quien entiende la iniciativa como un servicio público. El distribuidor, Juan Campos, es a día de hoy el único trabajador de la red. Como autónomo, los ayuntamientos adheridos aportan unos 100 euros al mes para sufragar sus gastos en gasolina, aunque poco a poco el proyecto va despegando. Tanto, que ya ha atraído el interés de otras zonas de España, y hace poco un grupo de empresarios de Salamanca fueron hasta Urriés para conocer los detalles.
El reparto se produce los viernes por la tarde o los sábados por la mañana, pero en épocas como el verano, tiene que ser en dos días. «Necesitamos una furgoneta más grande, y la DGA se comprometió a ayudarnos con eso», sostiene Soria. Las compras, además, cuidan todos los detalles. «Las verduras o las frutas no las encargo, sino que los elijo en Jaca para asegurarme que son buenos», subraya Campos. Asimismo, varios comercios locales de la zona se han sumado a la red, siendo esta una forma de apoyar el producto de cercanía.
Sea como fuere, RedOnsella está siendo todo un éxito, con una media de 15 pedidos semanales que se reparten casa por casa, pueblo por pueblo. Y la intención es ir a más. «Vamos a habilitar la tienda de Urriés como punto de recogida de paquetes, y también estamos hablando con la farmacia de Sos del Rey Católico para repartir medicamentos», concluye Campos
