El ingeniero italiano Vito Alfieri Fontana (Bari, 72 años) es una rara avis. Exfabricante de armas, especialmente de minas antipersona, cerró hace tres décadas la empresa que hasta entonces le había proporcionado una vida de bonanza y privilegios: Tecnovar, ubicada en Apulia, en la Italia meriodional. Y esa decisión no la tomó por una crisis económica, sino de conciencia, no contemplada en su gremio. Desde entonces, ha sido activista, desminador en los Balcanes, e incluso participó en la redacción de la histórica Convención de Ottawa (1999) contra la fabricación, venta y uso de minas antipersona (nunca ratificada por China, India, EEUU y Rusia). Una batalla más abierta que nunca en un mundo en el que las minas mataron o hirieron al menos a 5.757 personas el año pasado, un 20% más que el año anterior. Ahora, acaba de publicar en Italia un libro sobre su vida, titulado Era un hombre de guerra, y el Vaticano lo eligió como uno de sus ponentes para presentar la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el 1 de enero.

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