El cierre del curso político ha sido nuevamente convulso en Baleares. Las condiciones inaceptables impuestas en el último momento por Vox para aprobar los presupuestos del PP del próximo ejercicio, especialmente en materia lingüística, atentaban directamente contra el Estatuto de Autonomía y rompían el consenso histórico que derecha e izquierda han respetado en esta Comunidad desde la época de Gabriel Cañellas. El hartazgo con sus socios y la negativa a claudicar de Marga Prohens la han abocado a la prórroga de las cuentas públicas – un escenario inusual y nada deseable -, y la minoría parlamentaria. Es precisamente esta coyuntura la que ha posibilitado, ni que sea por unos días, una entente entre el Govern y la oposición a la que no estamos acostumbrados, máxime en los actuales tiempos de extrema polarización.