Parece que el escrache de Alicia ha llegado a su fin. Tras acudir al desahucio sola, ver cómo el inquilino entregaba pacíficamente las llaves y pernoctar en la puerta de Gonzo, el director del banco no ha dejado de tener detalles con ella.
Primero le ofreció una sopa caliente, más tarde un paraguas y, finalmente, le invitó a subir a casa para que se tome una aspirina y combata el resfriado.
¿Cómo reaccionará Gregorio al saber cómo ha actuado su hija aceptando la ayuda de Gonzo?